Los cuadros ayudan a que tu decoración tenga ese toque final, pueden darle color a una zona apagada, luz o lograr un punto focal. Eso de colgar un cuadro donde quiera que tengas un huequito ya no funciona, debemos buscar que lo que colguemos en las paredes armonice con el resto de la decoración.

Hay puntos claves que tomar en cuenta, como que deben ser colgados a la altura de la mirada y en cuanto a la separación entre varios cuadros, cuidar que los grandes tengan mayor distancia unos con otros; los pequeños pueden ir más juntos para adecuar la vista del observador.
Cuando trabajemos con obras de mucho color hay que cuidar las proporciones y los elementos ya colocados en el espacio, pues puede que luzca recargado y entonces no se aprecie en el conjunto. Los cuadros con colores más tenues o en técnicas suaves, como la acuarela, se pueden observar desde distancias más cortas y se mezclan con mayor facilidad.
Las tendencias actuales te invitan a jugar con las composiciones y hasta las formas. Puedes decidirte por una obra de gran tamaño sobre el sofá de la sala, que es uno de los puntos que más preocupan, o bien colgar varios. En ese caso hay que ver los cuadros como un conjunto, para poder lograr una composición armónica, pensemos en las imágenes y en las dimensiones.
Es preferible que no excedan el ancho del sofá o de la repisa o mueble donde se van a colocar para que ayuden a enmarcar. No tienen que ser iguales en formas ni tamaños, solo hay que mantenerlos en el mismo plano visual.
Si te decides por la simetría, por lo general, se utilizan varios que sean iguales en marco y tamaño y colocados a la misma distancia. Otra opción en no colgarlos directamente en la pared, en su lugar se coloca una repisa o varias, quizás un estante colgante y allí se reposan los marcos o cuadros. Es una opción para los que quieren variar y dar un “look” más relajado a una estancia.
No encasilles el tipo de imagen o pintura con el área de la casa, antes pensábamos que frutas iban solo en el comedor y ya no es necesariamente así. Aunque claro, tal vez prefieras dejar las fotos familiares más íntimas para las habitaciones o el estar. Igualmente puedes trabajar con cuadros en la cocina o en los baños y hasta en las terrazas. Son un buen recurso decorativo, ¡inténtalo!