Hoy 
Hace 17 años estuvimos con un grupo de jóvenes creativos publicitarios que se reunió en un restaurant de la calle Arzobispo Meriño intentando constituír una asociación que los organizara, luego de otros intentos similares años antes. La reunión era muy animada y estaba integrada por una élite muy selecta de intelectuales egresados del mundo literario y de las artes plásticas. Ahí estábamos junto a Freddy Ortiz, Macho Miolán, Juan Freddy Armando, William Tavárez, Daniel Díaz, Raúl Bartolomé, entre otros.
Daniel y yo éramos los artistas del diseño y para ese tiempo no estaba muy claro en las agencias de publicidad dominicanas si un director de artes se podía considerar un creativo como tal. Los directores de artes ascendíamos luego de pasar por una etapa como dibujantes y entrábamos a este oficio gracias a nuestras habilidades de dibujantes.
En ese momento algunos de los asistentes se mostraron en desacuerdo con que los dibujantes estuviéramos presentes.
En los primeros años de las agencias dominicanas se improvisó el personal creativo con artistas de la litaratura y los artistas plásticos eran contratados como artesanos para «hacer los artes» de los creativos de la época. La creatividad no estaba tan conectada a la rigurisidad de los estudios de mercado como hoy y los poetas se crecían con campañas basadas en el instinto artístico graficado por las manos de hombres como Ramón Oviedo, Cándido Bidó, Grisanti, Roque Gómez, Kutty Reyes y otras figuras del lienzo.
Ya para los 80 la generación de dibujantes publicitarios venía de la Escuela Nacional de Bellas Artes y de las universidades con el apoyo de una tecnología que crecía rápidamente. Comenzamos a usar el aerógrafo para hacer ilustraciones realistas, los colores y tramas autoadhesivas.
[b]El salto[/b]
Con la llegada de las grandes agencias como Young & Rubicam Damaris, Leo Burnet, McCann Erickson y otras es cuando se introduce el sistema de creatividad mediante las duplas, que se constituyen de un creativo conceptual y un director de arte para lograr campañas bien diseñadas. Este equipo era asistido por los copywriter, que desarrollaban los textos, y los paste up, que hacían los artes finales.
El viejo concepto del dibujante subordinado al creativo se fué abajo y las ideas de los directores de artes fueron base para exitosas campañas.
La tecnología siguió avanzando con la llegada de los programas computacionales en todos los departamentos, con impresionantes cambios en el diseño gráfico y en la edición fílmica, revolucionando la publicidad de arriba abajo. Los creativos se globalizan y las ideas fluyen en la inmensa red del ciberespacio, haciendo más grande la grieta divisoria entre los dibujantes tradicionales y los diseñadores gráficos digitales. Los que que no se actualizaron en este trance andan por ahí, carpeta bajo el brazo, tratando de colocarse en un mercado laboral cada vez más exigente.
Los creativos del diseño gráfico de esta generación no se imaginan cómo se hacía un arte para impresión en los años 80 porque el cambio ha sido radical.
[b]Los buenos creativos[/b]
El tiempo despejó las dudas sobre el talento de los creativos y sus aportes en las ideas graficadas o no; y también reforzó la regla básica de que no importa la sensibilidad artística si no se cuenta con una base cultural y profesional suficiente. Que hay que estar en constante proceso de actualización para interpretar estos mercados cambiantes de una sociedad mediática.
El creativo publicitario es un intelectual integrar que trabaja dominando muchos factores para lograr hacer una campaña efectiva desde el punto de vista mercadológico.
Los que han demostrado con el éxito de sus trabajos ser los mejores han sido aquellos que saben lo que tienen que vender y cómo venderlo de manera correcta.
Por esta razón este personal es muy escaso, y los que demuestran tener las cualidades para levantar la facturación de las agencias son tentados permanentemente con ofertas de buenos salarios.
Las universidades están llenas de estudiantes de publicidad que ven en este oficio una oportunidad bonita y divertida. Habría que ver que está pasando en estos centros porque al terminar la carrera llegan demasiado crudos a las agencias y se les hace difícil entrar porque, en una economía tan limitada como esta, no hay espacio para pasantes en estas empresas.
