¿Cuál podría ser el futuro del dólar?
¿Por qué  hoy todavía los países requieren dólares?

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Es innumerable la cantidad de informes que existen sobre la situación y el futuro del dólar en la economía mundial. Es increíble también cómo la mayoría de ellos están apegados a interpretaciones sesgadas, carentes de toda lógica o de un sentido académico coherente y sustantivo. Lo que sí es cierto es que el dólar está perdiendo su terreno a escala mundial y esto, fundamentalmente, se debe a  dos factores. Uno, porque la población de Estados Unidos no está ahorrando la mayor cantidad de dólares necesaria causando que baje la demanda de dicha divisa. El otro es que el dólar está relacionado al petróleo. Si éste sube de precio, repercutirá por tanto en una disminución del dólar. Pero, ¿por qué es, y sigue siendo, el dólar estadounidense la principal moneda de circulación y reserva a nivel global? ¿Por qué todos los países todavía requieren dólares?

La respuesta no es sencilla, pues si bien es cierto que el poderío militar, económico y político de Estados Unidos juega un rol fundamental, también es cierto que ello, por sí solo, no es suficiente para entender la hegemonía del dólar estadounidense. Más bien se debe al peso que tiene la denominación de los contratos petroleros, pues el simple hecho de que todas las economías del mundo requieran petróleo para poder crecer, implica que también todas ellas necesiten y demanden dólares estadounidenses. Mientras tanto, la guerra por el control del petróleo en el Medio Oriente no sólo buscará garantizar el suministro de los hidrocarburos tan necesarios para el desarrollo y el crecimiento, sino que también determinará el futuro de la hegemonía del dólar. Así, si bien el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos  es exorbitante, el mismo es plenamente sostenible, dada la política monetaria y cambiaria de la mayoría de los bancos centrales del mundo y la necesidad planetaria de soportar el valor del dólar acumulando reservas de esa moneda.

Acuerdo de inicio

Desde la antigüedad, reyes y emperadores se encargaron de manipular su moneda a través de reducir el oro con que las acuñaban. Así, disponían de más oro y podían tener más moneda para adquirir más bienes. Lo que sucedía era que tarde o temprano la gente se daba cuenta y hacía que su valor decayera radicalmente.  También el actual sistema monetario que procede de Bretton Woods (1944) estableció el dólar como la moneda mundial de reserva y, al mismo tiempo, garantizaba su valor con grandes cantidades de oro de  EU. A partir de 1970, los norteamericanos llegan a un acuerdo con la Organización de los Países Productores de Petróleo en la que todas las transacciones petrolíferas se realizaran en dólares, a cambio de proteger a las diversas monarquías del Golfo Pérsico contra la amenaza de una invasión o insurrecciones internas.

A partir de esa fecha se desliga el dólar del oro y desde entonces el mundo está lleno del billetes verdes, no guardando el más mínimo equilibrio entre la cantidad de dólares circulantes y la riqueza real de  EU Y vemos que el hecho de que el valor real del dólar oscile tanto, ha conllevado al mundo a vivir profundas crisis económicas. La Reserva Federal (FED) y el Departamento del Tesoro están muy preocupados por el histórico “ajuste desordenado” del dólar. Saben que una nueva caída del dólar puede agravar la crisis de la vivienda e imposibilitar el esperado arranque de la economía norteamericana.

También saben que la actual reducción de las tasas de interés incrementará mucho más la debilidad del dólar. De todos modos, teniendo en cuenta las grandes necesidades de financiación de la nación en los próximos años, un dólar estable o en aumento ayudaría a elevar la necesaria atracción de capitales del exterior. Antes, habría que enfrentar las preocupaciones relacionadas al riesgo de la deuda soberana, fundamentalmente debidas al deterioro de las posiciones fiscal y monetaria, el aumento en las emisiones del Tesoro y los efectos de operaciones del rescate económico.

Los problemas

En esencia, podríamos resumir que son cuatro los grandes problemas que el dólar está sufriendo actualmente: 1) los “déficit gemelos”, esto es el déficit en la balanza por cuenta corriente y el déficit fiscal; 2) la ya cuestionada relación dólar-petróleo; 3) el lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática (ACU); y 4) el cambio de las reservas en dólares en algunos países. En primer lugar, el déficit en la balanza por cuenta corriente norteamericana llegó, el año pasado, hasta los 850,000 millones de dólares y con tendencia creciente. Lo mismo ocurre con el déficit público que proyecta 1,840 millones de dólares en 2009, más los gastos de la guerra de Iraq y Afganistán que rondan anualmente unos 150,000 millones de dólares. Este doble desequilibrio, conocido como los “déficits gemelos”, representan una importante amenaza para el dólar, obligando a la FED a elevar los tipos de interés.

EU necesita atraer diariamente inversiones extranjeras por unos 2,500 millones para financiar su abultado déficit exterior. En segundo lugar, la relación dólar-petróleo empieza a ser muy cuestionada. Saddam Hussein comenzó, en el 2000, no aceptando dólares por el petróleo iraquí y sí euros, siguiéndole Hugo Chávez en Venezuela y hoy el tema es latente en el problema iraní. El mercado del petróleo está regido por un duopolio, el NYMEX de Nueva York y el IP en Londres que son las dos bolsas  de petróleo controladas por los norteamericanos. Teherán abrió ya una nueva bolsa de petróleo pero no en dólares sino en euros, calculándose que el precio del barril se venderá en 37 euros por debajo de las otras dos bolsas, lo que substraerá millones de dólares del mercado mundial.

En tercer lugar, al producirse el lanzamiento del ACU, Unidad Monetaria Asiática (recordar que del ECU surgió el euro), en 13 países, como Japón, China, Corea, Malasia, etc, que determinará su valor al considerar las divisas de los participantes. Y estará basada sobre un Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de 7.5 trillones de dólares, significando el 22% del PIB mundial. El ACU permitirá controlar el movimiento colectivo de las monedas asiáticas contra mayores monedas. Esta nueva unidad monetaria facilitará el desarrollo de un mercado multimonetario y la profundización del mercado de capitales, haciendo que puedan reducir la exposición a choques monetarios extranjeros. Japón tiene unas reservas de más de un billón de dólares, China unos 800,000 millones  y Corea unos 250,000 millones. ¿Qué harán con ellos? Por último, estamos asistiendo a la retirada del dólar como moneda de reserva en algunos países, Venezuela ha cambiado entre 20 mil y 30 mil millones de dólares por otras monedas, Irán hace lo mismo con unos 30,000 millones  y lo propio están haciendo los países asiáticos. Según  economistas renombrados, dentro de 15 años el dólar será sustituido como moneda líder.

Hay quien piensa en el euro, en el yuan chino o en la rupia india, ya que en el futuro China e India podrían convertirse en economías punteras. Según otros expertos, EU ya estaría preparando, junto a Canadá y México, una nueva moneda, el amero, como respuesta al euro y a otras monedas emergentes. Pero lo cierto es que, pese a los pronósticos apocalípticos, la realidad económica del mundo no parece vislumbrar la desaparición por completo del dólar como moneda de referencia (al menos no en el corto plazo). Seguramente lo que va a suceder es que el dólar va a dejar de ser la única moneda de referencia. Las reservas de los bancos centrales y los activos van a estar denominados en varias monedas e incorporar una porción significativa de otro tipo de activos como el oro. Obviamente esto debilitará la economía de los Estados Unidos. Posiblemente le va a ser cada vez más difícil financiar los déficits fiscales y comerciales que tiene. Y, en definitiva, deberán aprender a tener una política macroeconómica más saludable.

La cifra

1.50 es la barrera en la tasa de euros por dólares que se estima superar para fines de 2009. La tasa de cambio entre la moneda europea (el euro) y con respecto a la moneda norteamericana  ha promediado 1.19 entre  1989 y  2009.

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Los tres enemigos

Básicamente se podrían enumerar tres nuevos enemigos fuertes que deberá enfrentar el dólar en lo adelante: 1) la crisis económica estadounidense, pues con el fin de combatir la recesión, la FED ha sostenido tasa de interés de referencia por debajo del 1% anual. Busca así que los bancos comiencen a otorgar cada vez más créditos y que los estadounidenses aumenten su endeudamiento y eleven su nivel de compra; 2) la amenaza china de vender parte de sus reservas en dólares (más de 900,000 millones de dólares en bonos del tesoro estadounidense), producto de los dólares que recibe por la venta de sus productos al mercado norteamericano, financiando el creciente déficit comercial de los Estados Unidos; y 3) la presión de los países petroleros (Kuwait, Irán y los vecinos del Golfo) en adoptar una canasta de divisas que independice sus monedas del dólar.

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