¿Cuál prefiere usted?

¿Cuál prefiere usted?

[b]Señor director:[/b]

Lo menos que está pensando la gente en el presente proceso electoral es que de los tres principales candidatos presidenciales que se disputan la preferencia del electorado hay dos que buscan la reelección. Eso sucede así porque los medios de comunicación han ignorado la reelección del PLD y han centrado su atención y la del pueblo en la reelección que procura el Partido Revolucionario Dominicana.

Quizás sea útil aclararles a algunas personas que en la reforma constitucional del 2002 no se introdujo la figura de la reelección presidencial, como han pretendido hacer creer los enemigos del PRD. La Constitución que se modificó en ese momento no prohibía la reelección presidencial. Por el contrario, la ordenaba. Es decir, la reelección presidencial fue introducida en la Constitución por virtud de la reforma de 1994. Lo que deberían explicarles los medios de comunicación a los dominicanos y dominicanas que votarán en las elecciones del 16 de mayo es que hay dos tipos de reelección presidencial: la consecutiva y la no consecutiva.

Cuando el Congreso efectuó la última reforma constitucional existía la reelección presidencial no consecutiva y la modificación consistió en cambiar ese tipo de reelección por la consecutiva. Se trata de que Leonel Fernández busca la reelección no consecutiva, la que estaba permitida por la Constitución del 1994, e Hipólito Mejía quiere la consecutiva, o sea, la que se aprobó en el 2002.

Entre una reelección y la otra debemos valorar por qué una es positiva y la otra no. Debemos pensar libres de apasionamiento, por el bien del país, y determinar las razones por las cuales decidirnos por una y no por la otra. Al elegir entre dos reeleccionistas, o votamos por el que vendió las empresas del Estado y no se acuerda dónde guardó el dinero o por el que está recuperando esas empresas.

No hay espacio para la duda. Un reeleccionista mantuvo una mafia en la Lotería Nacional, le facilitó a Mazurca su fuga desde una clínica hacia el extranjero, junto al policía que lo custodiaba, y quebró esa institución al tal punto que la gente se sacaba los premios y no se los pagaban.El otro reeleccionista saneó esa renta nacional desde que llegó al poder.

O votamos por el que quebró a los productores agrícolas y arruinó la producción agropecuaria con importaciones caprichosas o por el que ha recuperado el sector y ha reducido casi a cero las importaciones. La opción es clara para los dominicanos que no nos dejamos guiar por la falsa propaganda de los que no son capaces de decir la verdad y prefieren mentir con tal de volver a gobernar para destruir lo que ha construido el Presidente Hipólito Mejía.

O votamos por la reelección no sucesiva de Leonel o votamos por la reelección sucesiva de Hipólito, con la ventaja esta última de que con ella estaremos reelegiendo a un gobernante que sabe dirigir el barco en tiempos de crisis.

Hay dos caminos: el de la reelección del que dirigió un Gobierno en beneficio de un grupito de comesolos y el de la reelección del que gobierna para el bienestar de todos. O votamos por el que se hizo el loco con la quiebra de los bancos o por el que les aseguró su dinero a los ahorristas de los bancos desfalcados.

Debemos decidirnos o por el candidato que pretende disolver el Congreso si gana las elecciones, irrespeta a los institutos castrenses y desacredita a la Junta Central Electoral o por el candidato del PRD que respeta los poderes del Estado y las instituciones y mantiene el estado de derecho, la gobernabilidad y la paz.

O votamos por el que se dedicó a construir elevados en la Capital para enriquecer a dos o tres o por el que ha construido escuelas, hospitales, acueductos, carreteras, canales de riego, presas, calles y viviendas para que la gente viva mejor.

O votamos por el candidato del partido que abandonó a los damnificados del huracán George y se comió la ayuda que vino de los países amigos, por que los peledeístas se granjearon el sobrenombre de comeayuda, o elegimos al candidato perredeísta que atiende inmediatamente a la gente cuando ocurre algún percance.

O votamos por el candidato que engañó el pueblo prometiéndole cambiar tinajas por neveras, cajas de limpiabotas por computadoras anafes por estufas, o por el candidato que de verdad ha mejorado la calidad de vida de la gente cambiando pisos de tierras por pisos de cemento, techos ruinosos por techos nuevos, calles llenas de hoyos por calles asfaltadas.

De las dos reelecciones, ¿cuál prefiere usted? No hay que pensarlo dos veces. Si Hipólito ha gobernado bien en los tiempos malos, en los tiempos buenos que vienen gobernará mejor.

Atentamente,

Alejandro Solano

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