Tratar de comer sin subir de peso es uno de los desafíos por lo que sufren muchas personas en especial mujer, y por lo cual optan la llamada dieta Paleo o Paleolítica, basada en comer los mismos alimentos que se ingerían en la prehistoria. Pero cuáles son los riesgos de comer como cavernícolas.
Lo primero es que no somos cavernícolas
El catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y experto en Nutrición, Emilio Martínez de la Victoria, ha explicado a Efe que esta dieta en auge “resulta aburrida”, radicaliza el aumento de proteínas de la “dieta Dukan” y no se adapta al mundo actual.
“Nosotros no somos paleolíticos, no corremos detrás de animales para cazarlos y comernos su carne ni pescamos con lanza. El secreto es comer menos energía de la que gastamos y los paleolíticos eran activos, no tenían como ahora un mando a distancia para sentarse en el sofá”, ha subrayado Martínez de la Victoria.
El catedrático y director durante una década del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos granadino ha recalcado que esta dieta provoca una gran carga renal, no es equilibrada, causa un déficit de calcio y no siempre adelgaza “porque si se come carne y pescado con grasa, engorda”.
El dietista y nutricionista del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada y autor del blog “Mi Dieta Cojea”, Aitor Sánchez, ha considerado que esta dieta cumple las típicas condiciones de las dietas milagro y que le atribuye unos “beneficios desorbitados”, aunque apunta matices.
“Acusar a esta dieta de que puede ser peligrosa me parece un error, al igual que también lo sería alarmar con que ser vegetariano o vegano es peligroso. Estos tres ejemplos restringen alimentos, pero no conllevan déficit nutricionales si están bien diseñadas”, ha explicado.
“Engordamos porque comemos más de lo que necesitamos, porque la actual sociedad tiene la comida como placer con 100.000 referencias en cualquier supermercado, algo impensable en el Paleolítico”, ha destacado Martínez, que recomienda correr más como los ‘paleos’ y comer como mediterráneos.
Lo cavernícola igual está en alimentarse sin cabeza.