Cualquier parecido con un absurdo es pura coincidencia

Cualquier parecido con un absurdo es pura coincidencia

Transitar por cualquier calle de Santo Domingo es, en los últimos días, como asistir a un baile de brujas: las sombras, parecidas a fantasmas del más allá, nos asaltan con tanta frecuencia que a veces sentimos ese infundado miedo a lo desconocido.

Mientras nosotros bailamos al son de una oscuridad que nos agobia por culpa de la deuda con los generadores eléctricos, vemos cómo el presidente Leonel Fernández se va a Qatar para formalizar acuerdos de negocios e inversiones que incluyen las áreas de energía, turismo, tecnología de la información y agropecuaria.

Amén de lo productivo que pueda ser el viaje presidencial, lo que no dudamos es lo caro que nos tiene que resultar. Ese gasto, sin embargo, nunca será comparable al que pagamos cada mes por los 53 secretarios y 320 subsecretarios de Estado nombrados desde el 16 de agosto.

Si bien es cierto que alguien debe dirigir los destinos del país, suena increíble que nos gastemos más secretarios sin cartera que con ellas (en la RD sólo hay 20 secretarías), así como 268 subsecretarios que no están estipulados en las leyes y reglamentos de las  distintas secretarías.

Un ejemplo de ello es, tal como estableció la semana pasada un informe de Participación Ciudadana, que en Agricultura tienen 37 subsecretarios, a pesar de que la ley establece solamente tres.

Pero para quebrar las leyes no hay nada mejor que la excusa del secretario de Educación, Melanio Paredes, quien no quiere el 4% del PIB porque no tiene programado en qué invertirlo. En las escuelas, si es que va, lo encontrará.

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