¿Cuán sano es recordar?

¿Cuán sano es recordar?

Tras la muerte de alguien cercano, es normal que se pase por una fase de duelo, caracterizada por síntomas físicos y emocionales. Pero como toda etapa transitoria, está supuesta a ser superada después de transcurrido cierto tiempo, aún cuando permanezca la posibilidad de recaer   en algún momento.

En algunos casos hay personas que no logran rebasar la primera etapa del duelo, complicando este proceso y llevándolas a una situación que requiere intervención médica.

Según el psicólogo clínico César Castellanos, “se espera que un duelo normal agote una primera fase aguda, intensa, de unas 12 semanas. Posterior a este periodo se inicia una fase que puede durar de 6 meses a 1 año”. A partir de allí se esperan algunas recaídas, sobre todo en fechas importantes como aniversarios o fechas de cumpleaños.

Y es normal que en la primera etapa, las personas quieran retener a través de objetos el recuerdo de la persona fallecida, sin embargo, se espera que poco a poco, la persona en duelo pueda ir desprendiéndose de estos objetos, explica el especialista. Cuando ese desprendimiento no ocurre es un indicio de que se necesita intervención psicológica. Un ejemplo es la denominada momificación psicológica del fallecido, que consiste en dejar intactas las pertenencias del fallecido durante meses o años, cosa que debe evitarse, aconseja Castellanos.

También  es normal sentir culpa durante el duelo, siempre y cuando se verifique que esta culpa está relacionada con la muerte del ser querido o con el ser querido en sí mismo. “Cuando la culpa está expandiéndose a otras áreas puede ser un signo de que se está entrando en un cuadro depresivo y que el duelo se está complicando”, advierte el especialista, quien dirige el Instituto Dominicano para el Estudio de la Salud Integral y de la Psicología Aplicada.

Hay quienes en vez de hacer manifiesto su dolor, posponen el duelo para hacer frente a la situación o reflejar una imagen fuerte, lo cual también se constituye en una situación de peligro. “El duelo debe iniciar desde el conocimiento del fallecimiento de la persona querida.  La posposición del duelo es un signo de complicación del mismo.  El duelo retardado tiende a ‘cronificarse’. Debido a que algunos familiares asumen un rol de invencibles, esto repercute en su salud física y posiblemente en el riesgo de un duelo complicado”, apunta.

¿Cómo lo manejo?   Para el duelo no hay poses ni actitudes preferentes, según el psicólogo, quien asegura que no hay una mejor forma de asumirlo, sino que cada uno tiene un propio estilo de afrontar la pérdida.  “En general, lo que es necesario para que el duelo sea normal, es que se permita su expresión, que se cuente con una red de apoyo, que se dejen fluir las emociones y que se evite la culpabilidad”.

Qué ocurre durante el duelo.   Castellanos indica que el curso clínico de las reacciones de duelo puede variar de acuerdo a factores como la intensidad del vínculo con la persona fallecida, aspectos culturales como la religión, condiciones en que se dio la pérdida (muerte natural, accidente, asesinato, etc.), si se tuvo la oportunidad de despedirse o no, la disponibilidad o no del cadáver para agotar los ritos funerarios, entre otras circunstancias.

“En tal sentido, podemos esperar en mayor o menor medida reacciones físicas tales como sensación de vacío en el estómago, boca seca,  opresión en el tórax o garganta, falta de aire, palpitaciones, dolor de cabeza, falta de energía, debilidad, alteraciones del sueño, alteración del patrón alimenticio, pérdida del apetito sexual, etc.”, dijo Castellanos. Desde el punto de vista psicológico se podrá observar incredulidad, irrealidad, alucinaciones visuales o auditivas fugaces y breves, dificultades de atención, concentración y memoria,  preocupación, pensamientos e imágenes recurrentes, obsesión por recuperar la pérdida o evitar recuerdos, según el especialista. Desde el punto de vista emocional, se puede observar tristeza, ansiedad, dolor, sufrimiento, dificultad par tomar decisiones, desvaríos, etc.

Duelo y enfermedad

“Diversos estudios muestran que el duelo causa un aumento importante de la morbimortalidad (enfermedades que pueden causar la muerte) y de las demandas planteadas a los recursos de atención primaria. Un tercio de las consultas de atención primaria tiene orígenes psicológicos, y de ellas una cuarta parte se identifica como el resultado de algún tipo de pérdida. Por razones de espacio, en este artículo no se abordan los criterios diagnósticos de duelo complicado, su diagnóstico diferencial con la depresión, ni el manejo del duelo en los niños”, aclaró el doctor Castellanos.

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