Cuando correr con una bolsa de colostomía no es un problema

Cuando correr con una bolsa de colostomía no es un problema

Sarah Russell es una corredora de maratones y periodista deportiva que debe vivir con una bolsa de colostomía, BBC Mundo.

Soy la típica madre –muy ocupada- de dos adolescentes, trabajo como periodista deportiva, entrenadora de corredores, de hecho, corro maratones.

Y también tengo una bolsa de colostomía colgando de mi cintura.

Es de esas cosas que nunca esperas que te pase, especialmente cuando eres un atleta de tiempo completo.

Eso sí, cuando te enfrentas a la adversidad, te puedes permitir que te tire para abajo o te adaptas, sobrevives y te vuelves más fuerte.

Para ser honesta, yo no sabía nada sobre bolsas de colostomía.

Nunca comprendí cómo funcionaban o para qué servían. No conocía a nadie que tuviera una y ni en un millón de años me imaginé terminar con una propia.

Pero la vida tiene la divertida costumbre de lanzarte las pelotas más difíciles cuando menos lo esperas.

No podía comer

En 2010 –tenía 37 años- estaba preparándome para correr una versión de las famosas carreras de triatlón conocidas como Ironman (3,8 kilómetros nadando, 200 kilómetros en bicicleta y después una maratón) cuando de repente me enfermé, me diagnosticaron una peritonitis y me sometieron una cirugía de emergencia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas