Una biopsia es la extracción de un pequeño tejido de alguna parte del cuerpo para examinar bajo el microscopio la presencia de alguna enfermedad como por ejemplo el cáncer.
El ginecológico indicará cuándo debe realizarse una biopsia ginecológica, pero algunos de los motivos por los que se suelen realizar son:
* Si se encuentra anomalías en el cuello del útero durante un examen pélvico.
* Cuando aparecen células anormales en el Papanicolaou.
* Si hay alteración a nivel del interior del útero en la sonografía.
* Si hay historia de sangrado transvaginal anormal.
* Para diagnosticar y tratar pólipos, verrugas genitales, etcétera.
Hay varios tipos de biopsias dependiendo del lugar anatómico que se ha de estudiar; por ejemplo, en el cuello del útero pueden realizarse biopsias por sacabocados, en cono o conización y curetaje endocervical. A nivel endometrial la toma de muestra puede ser por aspiración, raspado o guiada por histeroscopía. Estos tipos de biopsias, además de extraer tejido, pueden utilizarse para extirpar zonas de tejido anormal y para el tratamiento de lesiones precancerosas.
En caso de que el resultado de la biopsia reporte a favor de alguna lesión premaligna o algún cáncer, es de lugar el referimiento al ginecólogo oncólogo, subespecialista de la ginecología que se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento de los cánceres que afectan al aparato reproductor femenino.
El control ginecológico general se realiza en mujeres sanas una vez al año y consiste en la exploración física general, con hincapié en la inspección de la mama y de los genitales externos, en la toma de muestra para el estudio de la citología cérvico vaginal (Papanicolaou) y el examen bimanual de los órganos genitales internos (tacto vaginal).