Cuando el corazón se daña, el cerebro sufre

Cuando el corazón se daña, el cerebro sufre

Hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y tabaquismo son conocidos como los cuatro jinetes del Apocalipsis cardiaco. Sin embargo, su capacidad lesiva no limita al corazón.

Un estudio estadounidense acaba de certificar cómo estos factores de riesgo también acaban minando la integridad del cerebro con el paso del tiempo y revela la magnitud de su dañina contribución: por ejemplo, un cuarentón que sufra los cuatro trastornos tiene más del doble de posibilidades de tener demencia cuando cumpla 70 respecto a otra persona de su casa sin factores de riesgo.

El origen cardiovascular del deterioro cognitivo y, en especial, de la enfermedad de Alzheimer, la forma de demencia más frecuente, se investiga desde hace tiempo.

Varios estudios han demostrado en los últimos años el papel que juegan factores como la hipertensión en el proceso neurodegenerativo. Se sabe también que la demencia empieza a gestarse mucho antes de que sus síntomas sean evidentes.

La aportación del nuevo estudio, publicado en el último número de la revista Neurology, es que, por primera vez, analiza el peligro de desarrollar demencia en las últimas décadas de la vida asociado al estado de salud que se tiene a los 40.

Los investigadores revisaron la información correspondiente a cerca de 9 mil pacientes de una aseguradora sanitaria de EEUU. Compararon los historiales médicos de cuando tenían entre 40 y 44 años con los de tres décadas después.

Un 87% de los participantes desarrolló demencia. Al revisar sus datos se comprobó que la enfermedad era mucho más frecuente entre aquellos en cuya historia clínica figuraban la hipertensión, la diabetes, los niveles altos de colesterol y el tabaco.

La presencia de uno sólo de estos factores de riesgo eleva entre un 20% y un 40% la probabilidad del declive cognitivo. Además cada uno de ellos se asociaba de forma independiente a mayores posibilidades de desarrollo de la dolencia.

Así, el más dañino resultó ser la diabetes. Su presencia en la madurez incrementaba en un 46% las papeletas de mostrar daño cerebral a los 70. El colesterol elevado, un 42% y la hipertensión un 24%.

El peligro se acrecienta a medida que estos trastornos se acumulan. Comparadas con una persona sin factores de riesgo cardiovascular, el diagnóstico de demencia era un 27% más probable entre aquellas con uno, un 70% si tenían dos, se duplicaba en el caso de que se sumaran tres y se multiplicaba por 2.37 si estaban presente los cuatro.

¿DE QUÉ FORMA PERJUDICAN AL CEREBRO?

Los autores enumeran la hipótesis que se baraja para explicar su acción, que se presenta en propensiones similares a las descritas en párrafos anteriores.

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