Cuando el desorden de personalidad usa uniforme

Cuando el desorden de personalidad usa uniforme

Por BENEDICT CAREY  C.
NUEVA YORK
— Cuando un crimen de guerra no parece un crimen de guerra — cuando parece frío y deliberado como un asesinato en serie, en vez de un acto impulsivo de venganza — puede ser especialmente perturbador, como han aprendido oficiales del Ejército en la última semana.

Según fiscales federales, un soldado raso del Ejército y varios camaradas atacaron a una familia iraquí en marzo pasado, violando y matando a una joven después de ejecutar a sus padres y a su hermana menor en su casa. Los hombres se disfrazaron para el ataque y trabajaron en equipo, dijeron los fiscales. Líderes iraquíes están indignados, como lo están funcionarios estadounidenses dentro y fuera de las fuerzas armadas.

El líder de la banda acusado, Steven D. Green, de 21 años, que fue dado de baja en mayo, se declaró no culpable después de su arresto el 30 de junio, y los detalles del crimen seguían surgiendo la semana pasada. El Ejército ha dicho que dio de baja a Green por un “desorden de personalidad”.

Eso plantea la pregunta: ¿Cómo alguien con un desorden de personalidad — una condición importante, incapacitante y peligrosa — maneja el estrés del combate? ¿Una persona con un problema mental serio no debería ser descartado, o ser identificado y dado de baja rápidamente?

La respuesta, regularmente, es sí. La gente con paranoia, trastorno bipolar o desórdenes de personalidad compulsiva, por ejemplo, son entorpecidos por ansiedades y temores ilusorios, dicen expertos: Dos meses de campamento típicamente sería abrumador para ellos. La baja frecuencia de colapsos psiquiátricos en Irak — unos ocho de cada 1,000 hombres en servicio han sido evacuados por problemas psiquiátricos, menos que en guerras previas — sugiere que pocas personas con enfermedades mentales significativas llegan tan lejos en el servicio.

Sin embargo, las fuerzas armadas no realizan evaluaciones de personalidad completas a los reclutas a menos que haya alguna razón apremiante para hacerlo. La mayoría de los que se han graduado de la preparatoria y han evitado problemas serios con la ley califican para enrolarse. Y la presión psicológica que los reclutas enfrentan durante el adiestramiento básico es menos intensa de la que era antes, dicen expertos militares: el “ataque de tiburón” de oficiles gritones que recibía a lo reclutas nuevos ha sido moderado en algunas bases.

En este ambiente, las personas que tienen un diagnóstico en particular – desorden de personalidad antisocial — a menudo pueden presentarse falsamente como soldados audaces y efectivos, argumentan psiquiatras. El comportamiento antisocial es caracterizado por una irresponsabilidad indolente, mentiras habituales e indiferencia hacia el sufrimiento de otros. En algunos reportes, oficiales del Ejército han enlistado ese diagnóstico como la razón para dar de baja Green. “Estos son generalmente tipos incultos pero eficientes que tienden a causar problemas, que no tienen lealtad a grupos o comandantes”, dijo el doctor Michael Stone, profesor de psiquiatría clínica en la Universidad de Columbia, quien dijo que no podía comentar directamente sobre el caso del Ejército. Añadió: “Pero no tienen que ser presionados para actuar cruelmente contra los combatientes enemigos. Les sale muy naturalmente, lo cual puede ser una cualidad admirable. Y un pequeño porcentaje de ellos están destinados a deslizarse por las grietas”.

Esto es especialmente probable si tienen cierto grado de carisma, de encanto superficial, un talento fácil para decir mentiras, dicen los criminólogos. Estos son rasgos característicos de lo que algunos expertos llaman psicopatía, una potente mezcla de instintos antisociales y grandiosidad. De 25 a 30 por ciento de la gente que comete crímenes de violencia deliberados obtiene alta puntuación en una prueba llamada “lista de psicopatía”, dijo el doctor Robert Hare, profesor emérito de psicología en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, quien ideó la prueba.

Hare dijo que no había revisado el caso de Irak y no podía hacer comentarios al respecto específicamente. “Puedo decir que cuando se tiene a un infractor psicopático, con mucha frecuencia manipulará a otros, puede ser una especie de titiritero”, dijo. “Otros se sienten atraídos hacia su sensación de certeza, su sensación de poder, hasta el grado de que pueden hacer cosas que otros tienen problemas para hacer”. Una persona con tendencias psicopáticas podría parecerle a otros tan racional como un soldado de élite cuando está bajo fuego, o cuando está al ataque. Pero la realidad psicológica interna es muy diferente, sugieren investigadores.

En varios experimentos realizados en 2001 y 2002, el doctor Andy Morgan de la Universidad de Yale encontró que los soldados de Operaciones Especiales, los combatientes de élite del Ejército, tenían niveles de hormonas del estrés en la sangre más altos que los soldados regulares cuando estaban bajo estrés extremo durante el entrenamiento. Pero también tenían niveles más altos de otra hormona que se piensa es un relajante natural. En resumen, concluyó Morgan, los soldados de élite estaban muy conscientes del peligro y las implicaciones morales de sus acciones pero pueden mantener la cabeza fría, y relajarse rápidamente cuando pasa el peligro.

En contraste, el psicópata funciona bien bajo presión porque no siente la tensión moral para nada.

En una época en que el reclutamiento se ha vuelto cada vez más difícil, las distinciones entre el soldado consciente y de cabeza fría y el psicópata quizá en ocasiones sean pasadas por alto. Los potenciales reclutas que tienen delitos menores e incluso mayores en sus historiales pueden y obtienen dispensas para unirse a las fuerzas armadas si se les considera aptos, dijo Beth Asch, especialista en fuerzas militares de RAND Corp.

“Estas personas son analizadas estrechamente, pero lo que significa es que aun cuando haya un estándar de reclutamiento, ese estándar no es sólido, y así en como podríamos tener a personas en el servicio que hayan tenido problemas mentales”, o marcas negras en su historial, dijo.

El número de atrocidades contra civiles sigue siendo pequeño dado el gran número de tropas desplegadas en la región. Pero como han puesto en claro los acontecimientos recientes, sólo unos cuantos soldados causan grandes problemas.

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