Cuando el dibujo sublima la fotografía

Cuando el dibujo sublima la fotografía

Exposición. De desnudos por Fernando Calzada en el museo Peña Defilló

El mundo del arte se ha alegrado por la reapertura del Museo Fernando Peña Defilló, que nos había acostumbrado, en cinco años, a un óptimo programa de exposiciones.
La institución, en su histórica morada de la Ciudad Colonial, suma y alterna muestras contemporáneas reveladoras, con la memoria visual del maestro –obras antológicas e investigaciones puntuales-. Las completan o ilustran actividades teóricas, también memorables.

Este esperado reinicio sucedió con la excelencia que lo caracteriza, exponiendo obras sobre papel: una magnífica antología de dibujos, acuarelas y gouaches de Fernando Peña Defilló, y una colección de dibujos estremecedores de Fernando Calzada, gloria del desnudo, sean mujeres u hombres.


“Sobre la piel”. Así se llama la exposición de Fernando Calzada, un homenaje al cuerpo y a la piel, que, suave, lisa, joven, cubre y acentúa las formas, exalta y enfatiza la textura ofrecida a la caricia de nuestros ojos.

Decía Arturo Rodríguez Fernández, nuestro “escritor” de arte cinematográfico, elogiando la fotografía de Fernando Calzada: “El ángulo, el encuadre, los valores de luz y sombra construyen elementos determinantes para sugerir el clima del motivo original, cuando no el clímax de la secuencia”.
Esto lo decía el inolvidable intelectual, observando la obra fotográfica, pero estas mismas palabras podrían aplicarse al modo actual de expresión, particular y personal, de Fernando: el dibujo.

Además, Fernando Calzada, autor de una fotografía técnicamente perfecta, no la descartó, y fue, a partir de modelos fotografiados por él mismo, que “creó” una mutación. La fotografía despareció como imagen, sustituida por el dibujo, ¡Ese proceso fuera de lo común, original, sutil y retador, no dejó de ser fiel al documento fotográfico e iconográfico!

Increíble también es que este trabajo y trazado, tan fino, hasta nervioso y compulsivo, se hizo, con grafito y carbón sobre papel de Arches, un soporte insuperable. ¡Gris, blanco, negro, y cuántos matices! Que produzca una ilusión de tinta es la magia menor… ya que se nos olvida que la piel, a la vez carnal o translúcida, tiene color. Estos cuerpos, tan bien construidos en su casi integralidad o sus detalles captados en “close-up”, vibran, tienen ritmo y líneas de fuerza. ¿Estará el movimiento detenido, el equilibrio estricto, la observación anatómica, definida y definitiva?

No lo creemos… pues la vida les anima: el movimiento surge y su velocidad transforma el contorno… La marca del lápiz fluye, se desenfoca, se vuelve huella y efluvio. La figuración se altera, y estamos de repente en el informalismo, una contradicción por cierto, siendo ese una corriente pictórica.

Así mismo, Fernando Calzada no descarta la abstracción. Al jugar con una extrema fragmentación, perdiendo voluntariamente el control al “partir” el cuerpo. Los senos, los muslos, los hombros son entonces alusiones, ángulos, vectores, elipses, pliegues. No priorizamos reconocer sino disfrutar otra estética, necesariamente perfecta que no destruye, pero redefine una construcción pura y depurada…

Queremos señalar que mucha gente está visitando la exposición de Fernando Calzada, la mira y admira. Tal vez, nunca la frecuentación del Museo Fernando Peña Defilló haya sido tan alta, ¡una asistencia sorprendente en tiempos de pandemia! Ello significa que, para el muy buen arte, no existen barreras.

ZOOM

Fernando Calzada expresa:
Francamente no sé adonde quiero llegar en el futuro inmediato. Veo este conjunto de obras como una transición a otras disciplinas, probablemente más pictóricas, como una evolución lógica hacia un lenguaje propio. Lo que sé es que en este momento de mi vida, estas son las obras que necesito hacer para lograr esa evolución”.

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