Para Jesenia Diloné, estar recluida en un centro penitenciario no ha sido impedimento para desarrollarse en el mundo del arte.
Ella, al igual que otros quinientos internos del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciario, forman parte de un selecto grupo de privados de libertad que han incursionado en la cultura a través de los diversos programas que se llevan en las cárceles que forman parte de estos centros.
Ayer miércoles se celebró el VIII Festival Artístico Penitenciario 2016 en el Palacio de Bellas Artes, donde hubo un despliegue de arte y cultura por los internos que lograron pasar las eliminatorias para participar en esta edición.
“Para nosotros (internos) este festival es como nuestra fiesta, es un encuentro cultural donde cada uno desarrolla sus habilidades”, relató Diloné.
Sostuvo -sin esconder su emoción- que este tipo de actividades hace propicio que las personas privadas de libertad puedan conocerse a sí mismos y descubrir todo lo que puede ofrecer la cultura, lo que hace que llegado el momento, cada quien se interese por lo que más le apasione.
Diloné, quien se desempeña como maestra de ceremonias de la cárcel Najayo Mujeres -donde está recluida- entiende que este festival le ayuda a crecer como persona brindándole la oportunidad de ser mejores para su familia y la sociedad.
Detalla, así mismo, que participar en este evento cultural “le trabaja emocionalmente a todos los que participan, ya que sienten la necesidad de entregar lo mejor en cada participación, lo que hace que crezca su competitividad y seguridad en sí mismos”.
Ya sea danza, música, oratoria, canto, teatro, pantomima, declamación… aquí hay actividades para todos los gustos y cada uno se identificará con aquello para lo que tenga más talento.
Esta mujer, quien es madre y abuela, señala que junto a sus compañeras pasa un año completo preparándose para el gran día del festival y para cumplir con los requerimientos en las eliminatorias que se realizan previamente al gran día.
La cultura como forma de reinserción. Para Ysmael Paniagua, quien funge como coordinador nacional del Modelo de Gestión Penitenciaria, este festival es la más grande actividad artística y cultural penitenciaria de República Dominicana.
Paniagua sostuvo que gracias a la acogida que ha tenido el evento, se pretende realizar una versión cada año. El responsable de los programas señaló que el objetivo principal es la integración y comunicación entre los privados de libertad, así como bajar los niveles de ansiedad y violencia entre ellos.
“Para llegar aquí, ellos tienen que desarrollar una actitud de cooperación”, lo que, según indica, redunda en el éxito de la reinserción y reduce los índices de reincidencia en el delito.
El representante de la Procuraduría General de la República explicó que los reclusos demuestran en las tablas los conocimientos adquiridos durante todo un año de ensayos y clasificatorias.
Descubriendo los talentos intrínsecos. Juan Bautista Tineo realizó esfuerzos ingentes para ocultar la emoción que le embargaba al hablar sobre su participación en el festival. Se llenó de algarabía al recordar los lugares donde ha acudido a llevar su voz de la mano de este evento.
Aunque ha participado en teatro, pantomima y en declamación, en esta ocasión interpretará canciones del recientemente fenecido cantante mexicano Juan Gabriel.
“Hemos dado un avance en estos últimos años, con la creación de este festival, gracias al Nuevo Modelo Penitenciario”, señaló.
Asegura que participar en la actividad ha sido de provecho para él, ya que le ayudó a conocer ese talento que tenía guardado dentro de sí, el cual -según afirma- no habría podido desarrollar de no ser por estos festivales que se celebran cada año, e invita a las personas a que acudan a las cárceles del Nuevo Modelo para que puedan apreciar el cambio positivo que ha habido en ellas. El Palacio de Bellas Artes, albergó por unas horas la historia de muchos internos, quienes, como los dos entrevistados, han encontrado en la cultura una nueva esperanza para desarrollarse.