Cuando el precio y el valor compiten

Cuando el precio y el valor compiten

En el  mercado global  todo es mercancía, todo se compra y se vende y hasta se habla de la competencia entre los valores  humanos y los valores del mercado que visto desde el punto de vista filosófico nos convidan a reflexionar sobre el futuro de la sociedad humana.

Los pensadores actuales hablan de la necesidad de un nuevo paradigma, que se fundamente sobre una nueva plataforma donde se vuelva a asumir la dignidad del ser antes que el tener.

En las aulas universitarias  el tema es considerado en las cátedras vinculadas con el estudio del comportamiento humano y las reglas que lo norman. El tema siempre viene de la mano al analizar la delincuencia desde todos los niveles y cuando se producen acontecimientos como los que se han escenificado en los últimos días: el atentado a Jordi Veras y las muertes de personas por manos de sicarios.

Evidentemente que asistimos a un mercado donde hay de todo y para todo, desde la “profesión” de asesinos porque ese es su trabajo: matar, hasta jueces que se prestan para poner en las cárceles a personas  inocentes Se  vive una especie de alienación donde el delito que no es muy grave no se considera como tal y no se toma en cuenta que un delito leve es grave cuando se vuelve a cometer.

Esto en Derecho se le llama reincidencia.

Estamos colmados de reincidencias y eso hace que contribuyamos con el fortalecimiento de la cultura del engaño y fomentemos así la delincuencia.

El panorama visto como está planteado parece muy desolador, pero a pesar de ello me satisface decir que no todo está perdido, y que pese a la realidad de la inversión de los valores, en nuestra sociedad existen modelos que pueden servir para definir el nuevo paradigma que se esta planteando.

Tengo motivos suficientes para esta afirmación porque he sentido mucho apoyo y solidaridad en las acciones que he debido acometer en mi primera función pública.

Recibir la asesoría de los sabios sin costo alguno, no tiene precio, pero sí un valor enorme porque afianza el sentido de que al Estado se va a servir no a servirse y si el accionar va dirigido a defender a la mayoría, es posible que haya una minoría afectada, pero creo que lo único que libera al ser humano es la verdad.

Mientras muchas personas le ponen precio a su tiempo, cobrando como “concejales” en PRO-CONSUMIDOR, cuatro notables dominicanos se ofrecieron para ser consejeros honorarios para contribuir con la transparencia en la venta del GLP.

Don Luis Arthur, Don Leopoldo Espaillat Nanita, don Jorge Mallén y don José Santos Taveras se han comprometido a asesorar de manera gratuita en todo lo que amerite la intervención técnica y sus conocimientos para apoyar nuestra gestión al frente de ese nuevo organismo que estrena la sociedad dominicana. Su aporte no tiene precio pero el gesto en sí es invaluable,   porque  lo han asumido como un servicio a la patria y a la democracia.

Y como ellos  hay muchos ciudadanos y ciudadanas dispuestos a formar fila por la decencia y el decoro.

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