Cuando el pueblo castigó al PRD

Cuando el pueblo castigó al PRD

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El próximo lunes se cumple el primer año de que el pueblo dio una muestra decidida de cambiar de dirigentes, cuando el que existía, en sus empeños reeleccionistas y con una tremenda cola de desaciertos y desórdenes éticos nauseabundos, pretendía continuar en el poder, castigando a un país que se encontraba en franco estado de desmoronamiento.

En aquella ocasión del 16 de mayo del 2004, la gran masa silente, que es la decisiva en cada elección celebrada en el país, se dio cuenta que permanecer bajo la dirección del PRD y sus secuaces del PPH era firmar un contrato de muerte cívica y económica. Por eso se inclinó por la candidatura de un político que ya en su anterior gestión había demostrado capacidad y ecuanimidad, pese a que a sus compañeros y aliados se les bautizó como los comesolos por el cerrado estilo de logia con que gobernaron.

Los peledeístas no escondían su menosprecio hacia los demás dominicanos, a quienes consideraban inferiores, cosa que se está repitiendo de nuevo en esta gestión, después de nueve meses de estar en el poder. Sin embargo, el presidente conserva una tremenda popularidad y apoyo cívico que todavía le extiende su apoyo con la esperanza de ver que se hará justicia en contra de quienes desfalcaron los recursos privados y públicos, desde los bancos quebrados hasta las dependencias públicas saqueadas por quienes disfrutaron del poder en cuatro años nefastos para la historia del país.

El pueblo, en su desesperación, creyó de nuevo en el PLD y su candidato triunfante, y aún cuando ha habido un barajeo para someter a la justicia a quienes el pueblo señala como los provocadores de todos los males sociales y económicos, se prefirió primeramente frenar la estrepitosa caída económica que venía ocurriendo e imponiendo un severo programa de ajustes bajo las presiones y exigencias del FMI.

En mayo del 2004 la economía iba en picada mortal para llevar al país a su bancarrota con medidas desacertadas que se tomaron, desde la forma tan peculiar de dejar deslizar la prima del dólar del 16 por 1 al 20 por 1, salvar a los favoritos del régimen perredeísta que estaban involucradas con dinero recibido de los bancos quebrados de forma graciosa y sin garantías y provocar un endeudamiento externo irracional y lleno de arreglos ocultos.

Los supermercados se habían convertido en casas de terror, por la acelerada subida de los precios, los gritos de los consumidores saturaban el ambiente de esos establecimientos con una prima que ya rondaba el 60 por 1 en momentos en que el país se veía sin reservas en las arcas del Banco Central y se caía en mora con numerosos organismos internacionales; el pago de los intereses de los bonos soberanos sufría retraso al no poder reunir el dinero suficiente para honrarlos.

Con admirable paciencia, el pueblo esperó con grandes muestras de civismo y madurez política la fecha del 16 de mayo para mostrar su rechazo a un gobierno que el 16 de mayo del 2000 había sido elegido porque ofreció villas y castillas con su candidato simpático por su manera de ser, sin saber que se ocultaban incapacidades y negros designios que casi hundieron al país y llevarlo a una situación similar a la de Haití. En el 2000 se repudió el come solismo del PLD, que ya estaba dejando su estela de actos dolosos y la frustración de haber creído en 1996 en un cambio, que en esa ocasión, fue apoyado y aupado por el fenecido doctor Balaguer.

La percepción, nueve meses después de haber sido juramentado el presidente Fernández, es que hay una timidez exagerada para atacar los problemas más graves de la corrupción. También de que hay miedo con el FMI para no fracasar de nuevo con el stand by, lo cual atrasa las inversiones, pese a que se anuncian nuevas obras y se han iniciado otras como el elevado de Los Alcarrizos. Afortunadamente los severos programas de ajustes han dado resultado, y el país de nuevo ha vuelto a tener grandes reservas de divisas, un aumento del comercio con más importaciones llegando por una demanda que muchos no ven, pero que se nota en el dinamismo de los puertos con la llegada de buques.

Existe una gran mejoría económica y la cifra ofrecida por el Banco Central del crecimiento en el primer trimestre del año, que tantas dudas generó en el CONEP, que por primera vez muchos de sus miembros empresariales están siendo acosados por las autoridades impositivas que les está exigiendo que paguen lo evadido al fisco. La nación confía en su presidente y lo respalda, pese a la impaciencia de verlo actuando con más decisión en los casos que, para los ciudadanos, son prioritarios para castigar la corrupción y no que exista la creencia de que los políticos siempre se protegen y el ciudadano común es quien paga los platos rotos de quienes desfalcan en toda época al Estado, dilapidando lo que los contribuyentes pagan al fisco.

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