La presidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología, Claudia Almonte, sostiene que el 37% de la población fallece por enfermedades cardiovasculares, refiriéndose a estudios de patología forense.
El ritmo cardíaco promedio varía de 60 a 100 por minuto, pero para alguien con fibrilación auricular, puede variar entre 100 y 175 por minuto. Hace que el sistema eléctrico del corazón se descontrole, lo que provoca una disminución de la circulación sanguínea y un ritmo cardíaco irregular o arritmia.
La fibrilación auricular es responsable de aproximadamente el 15 por ciento de todos los accidentes cerebrovasculares, y algunas personas viven con esta condición por años, sin saberlo. Los síntomas suelen incluir palpitaciones, fatiga, dificultad para respirar y molestias o presión en el pecho.
“La fibrilación auricular se desencadena por una dirección errónea del ritmo eléctrico del corazón. Los impulsos rápidos se disparan simultáneamente, causando un ritmo irregular en las aurículas o en las cámaras superiores del corazón”, explica el jefe del departamento de cardiología de Cleveland Clinic Florida y cardiólogo intervencionista, Robert Cubeddu.
«Durante un período prolongado, la fibrilación auricular puede debilitar significativamente el corazón e incluso provocar insuficiencia cardíaca», sostiene Cubeddu.
La hipertensión arterial, cardiopatía coronaria, fallo cardíaco, accidente cerebrovascular, arritmias y las valvulopatías, son las principales patologías cardíacas en el República Dominicana, señala Claudia Almonte, sin embargo actualmente en el país no existen estadísticas sobre la fibrilación auricular.
Acerca de los procedimientos para la fibrilación auricular, José Baez-Escudero, cardiólogo de Cleveland Clinic, explica que los tratamientos se enfocan en recuperar un ritmo cardíaco normal, controlar la frecuencia cardíaca y prevenir la formación de coágulos sanguíneos para reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares. Estos generalmente comienzan con cambios en el estilo de vida y medicamentos. Sin embargo, es posible que los medicamentos no recuperen la frecuencia cardíaca normal y los anticoagulantes no sean bien tolerados por todos los pacientes. En este caso, un procedimiento puede ser necesario, asegura Baez-Escudero.
Existen varias técnicas innovadoras, que incluyen la cardioversión eléctrica, la ablación con catéter, la terapia con dispositivos y la ablación quirúrgica. La mejor opción dependerá del ritmo cardíaco y los síntomas, así como también del tiempo.
Cuando un paciente tiene fibrilación auricular, los impulsos eléctricos irregulares impiden que la sangre se exprima completamente de las aurículas. La sangre se acumula en el apéndice auricular izquierdo, formando coágulos que pueden causar un derrame cerebral.
Para aquellas personas con fibrilación auricular que tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, hay otras alternativas disponibles para cerrar el apéndice auricular izquierdo. «El WATCHMAN™ un dispositivo autoexpandible en forma de paracaídas que sella el apéndice auricular izquierdo, evitando que libere coágulos; se implanta a través de un catéter en la sala de cateterismo», señala el Cubeddu. Aunque no requiere cirugía, puede realizarse bajo anestesia general.