Cuando falta la vesícula

Cuando falta la vesícula

Cada órgano tiene su función y cuando uno de ellos falta en el organismo es necesario suplir su ausencia a partir de ciertas recomendaciones médicas. Y la vesícula biliar no es la excepción, un órgano que aunque debe la mayor parte de su fama  a las “piedras” o cálculos que aparecen dentro de ella, desempeña una importante función en el proceso de digestión.

Básicamente, la vesícula biliar es el depositorio de la bilis, un líquido verdoso originalmente producido por el hígado y que contiene enzimas para disolver algunos alimentos, especialmente las grasas y carnes. Así que es fácilmente deducible que cuando la vesícula falta, el proceso de digestión de estos alimentos se hace más difícil.

No obstante, la colecistectomía, nombre con que se conoce la cirugía para extirpar la vesícula biliar, tiene resultados habitualmente buenos como lo asegura la gastroenteróloga Rebeca Marrero, del centro médico UCE.

“La extracción de la vesícula biliar está indicada en varias entidades en donde el resultado final ha sido el daño, obstrucción, infección o inflamación importante del órgano o sus conductos. El resultado de la colecistectomía habitualmente es bueno. Al inicio el paciente podría presentar síntomas de mala digestión como flatulencias, gases, sensación de llenura y hasta diarrea”, señala la especialista.

El cuadro clínico de cada paciente definirá el tratamiento que debe llevar posterior a la cirugía. Mientras algunos sólo requieran mejorar sus hábitos alimenticios, otros requerirán ingerir enzimas digestivas y medicamentos para aumentar la motilidad gástrica.

Mejorando la aliemntación. La alimentación adecuada suele ser el punto clave en muchas dolencias, en especial las de la vesícula biliar.

Una buena dieta podría prevenirla, pero cuando ya ha sido extraída el cambio en los hábitos alimenticios es obligatorio.

“Las personas que carecen de vesícula biliar deben de reeducarse en su manera de alimentarse, ser más disciplinados y en ocasiones necesitarán de un especialista en nutrición dependiendo del caso. Estas personas deben de ser conscientes de que la bilis en su organismo ya no tendrá un almacén sino que se estará vertiendo continuamente al intestino y que algunas comidas pudieran no ser bien toleradas”, advierte Marrero.

Dentro de las recomendaciones se encuentran las siguientes:

1.  Comer lentamente y tomarse el tiempo necesario para masticar adecuadamente la comida.

2.  No comer abundantemente. Es mejor hacer comidas fraccionadas y no hacer comidas copiosas o sobrellenarse.

3.  Evitar las grasas en general.

4.  Evitar las comidas que le provoquen gases o flatulencias (comidas grasientas, repollo, cebolla…)

“Normalmente los lácteos descremados, los embutidos sin grasas, los cereales, víveres, verduras, frutas, carnes blancas y carne de vaca magra suelen ser bien toleradas”, explica la gastroenteróloga. Dentro de los alimentos que no suelen tolerarse bien menciona los chocolates, las yemas de huevo, carnes grasas como cerdo, cordero y gallina, la mantequilla, etc.

Los pacientes a los que se ha extraído su vesícula también deben controlar el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas, comidas picantes y muy condimentadas.

La buena noticia es que a cierto plazo de tiempo, las medidas quizás no sean tan estrictas, cuando el organismo se haya acostumbrado a la ausencia de este órgano.  “Con el tiempo el cuerpo se irá adaptando a vivir sin vesícula biliar y la persona podría ir incorporando lentamente algunos alimentos sin dejar de tener un régimen dietético saludable”, dice Marrero.

Chequeo médico

Si necesita el uso de enzimas digestivas prolongadamente, éstas deben ser seguidas por un gastroenterólogo para manejar efectos secundarios. También se requiere la evaluación colónica ya que algunos autores han clasificado la extirpación de la vesícula biliar como un factor de riesgo para el cáncer de colon, según la especialista.

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