Cuando Guatemala rompió con RD

Cuando Guatemala rompió con RD

Los meses de junio y julio del año 1947 fuero meses de máxima tensión en las relaciones diplomáticas bilaterales, entre Guatemala y la República Dominicana, cuando en una carta pública del 8 de julio del año citado, el presidente Jun José Arévalo le ordenó a su canciller, el señor Silva Peña, suspender las relaciones diplomáticas con nuestro país, señalando «que él rehusaba mantener amistad con un Gobierno que había cambiado las prácticas republicanas por las monárquicas».

Las palabras expresadas por el presidente Arévalo, en su carta del 8 de julio del 1947, sacudieron el régimen de Trujillo, ya que el lenguaje utilizado en la misma no tenía desperdicios ni precedentes en la diplomacia latinoamericana, especialmente, su afirmación de que «por medio de su reciente reelección el Presidente Trujillo podría gobernar durante las cuatro próximas centurias».

Uno de los efectos inmediatos de la referida carta pública del presidente Juan José Arévalo fue que aún cuando el gobierno de Guatemala había otorgado el beneplácito para la designación del licenciado Emilio Rodríguez Demorizi como embajador, ante ese país, al originarse la suspensión de las relaciones diplomáticas, entre ambos países, el gobierno de Guatemala, rechazó la solicitud de la República Dominicana para designar su nuevo embajador. El gobierno dominicano envió a éste último como embajador a Colombia.

En el marco de la tensa situación entre Guatemala y la República Dominicana, se produjo una reunión entre el embajador dominicano Roberto Despradel y el canciller Guatemalteco Silva Peña, el 9 de julio de 1947, en que éste último criticó al presidente Arévalo al conminar a su canciller mediante una carta pública a suspender las relaciones diplomáticas, considerándola como una medida inoportuna, oponiéndose a la ruptura de las relaciones entre los dos países.

El 10 de julio de 1947, el secretario de la Presidencia, Telésforo R. Calderón, le comunicaba al canciller Arturo Despradel, que le informase al embajador en Guatemala Roberto Despradel, que «las circunstancias de no haber cumplido oportunamente la orden que se le transmitió de salir de Guatemala, ha dado lugar a que se encuentre él, en esa ciudad en el momento que se ha producido este desagradable incidente», obvia alusión a la suspensión de relaciones diplomáticas, decretada por el Presidente Arévalo y que del lado dominicano, provocó la ruptura de relaciones con ese país centroamericano.

El gobierno dominicano, tenía la percepción de que la decisión del gobierno de Guatemala, se inscribía dentro de un plan coordinado con el gobierno de Venezuela, para deslucir la imagen de la dictadura de Trujillo, con vistas a la Conferencia de Río, en Brasil y a la alianza de esos dos gobiernos contra las dictaduras de Anastasio Somoza y Trujillo.

El secretario de la embajada dominicana en ciudad de Guatemala señor Díaz, quedó a cargo de la misma como Encargado de Negocios a.i., liquidando asuntos y recogiendo archivos y el Embajador Roberto Despradel, fue enviado a la Santa Sede, como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario no sin observarle antes a la Cancillería dominicana, que «la práctica internacional constante reconoce necesidad permanencia algún miembro misiones después ruptura cumplimiento deberes ineludibles».

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