¿Cuándo hay o no cultura?

¿Cuándo hay o no cultura?

Continuamente se escucha en los medios de comunicación la expresión “eso no es cultura” la cual tiene connotaciones elitistas y de exclusión social. Otorgándose así el líder de opinión la potestad de decidir lo que debe considerarse o no como parte de la cultura. Lamentablemente el concepto de cultura se maneja de forma errónea y sesgada confundiéndose con instrucción o reduciéndose a determinadas expresiones artísticas.
El análisis de la cultura desde su conceptualización a su análisis e interpretación macro y micro-social le compete a la Antropología Social. Desde esta ciencia social se plantean distintos abordajes sobre la cultura, tomando como punto de partida el concepto de cultura planteado por Tylor (1871):
“Cultura es el todo complejo que integra saber, creencia, arte, moral, ley, costumbre, prácticas y cualquier otra capacidad y hábito adquiridos por el humano como miembro de la sociedad”.
Todo tipo de actividad, creencia, hábito, costumbre y práctica que se aprende en la socialización desde la niñez, en su familia y grupo social es cultural. Su identidad social, sexual y étnica es aprendida culturalmente e igualmente sus gestos, hábitos alimenticios, forma de vestir, relaciones de género, creencias mágico-religiosas, pautas de: convivencia (pacíficas o violentas), diversión, interacción social, manejo del idioma, música, arte plástica, baile-danza, teatro. Todos son ámbitos de la cultura.
Viendo la amplitud y diversidad de la cultura según el grupo, estrato social o sociedad a la cual la persona pertenezca no es posible excluir ningún tipo de expresión ni considerarla no-cultural. De ahí que las expresiones públicas incluyendo una carta pública al Presidente de la República que enjuicia el festival de cine OUTFEST de la comunidad GLTBIQ como no-merecedor de ser celebrado en la Plaza de la Cultura e inaugurado en el Teatro Nacional carece de toda sustentación, en la perspectiva de despojarle su carácter cultural.
El cine forma parte de las expresiones culturales e igualmente la diversidad sexual. Esta última responde a la amplia gama de opciones con relación a la sexualidad humana que pueden forjarse en los distintos grupos sociales y sociedades humanas.
Otra justificación de las oposiciones a la celebración del festival es la supuesta “amenaza “que constituye para la juventud. Por el contrario algunas películas ofrecen posibilidades de sensibilización ante la problemática de la población viviendo con VIH e igualmente sobre las situaciones de discriminación que vive la población Trans, Gay, Lesbiana o de otras opciones en la comunidad GLTBIQ.
La posibilidad de que nuestras nuevas generaciones desarrollen valores como la tolerancia, el respeto y la solidaridad con grupos vulnerables y que respondan a diversas identidades (sexuales, étnicas, religiosas y de clase) favorece nuestra democracia.

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