Cuando la diversión está garantizada

Cuando la diversión está garantizada

Casi nunca llegan a cristalizarse. Por más simples que puedan parecer, suelen quedarse en el plano de lo imposible.

 Eso es, quizás, lo que hace que los sueños sean siempre tan especiales.

Hoy descubrí, sin embargo, que uno de mis sueños de infancia pudo haberse convertido en realidad si fuera una de las empleadas que trabaja en la construcción de los elevados del Corredor Duarte: tendría, como soñé, la diversión garantizada en el trabajo.

Nunca habría escuchado antes que una empresa ofreciera a sus trabajadores el solaz post laboral como parte del contrato.

 Pero la Odebrecht lo ha hecho: levantó una cancha de fútbol para que los empleados puedan jugar una vez que terminen sus labores.

Esta cancha, construida en el Centro Olímpico con carácter privado ya que sólo ellos la pueden usar, será donada a la Secretaría de Deportes una vez terminen el Corredor.

Mientras, que a nadie se le ocurra acercarse por allí.

Aunque no podemos decir que esta no haya sido la intención original de los brasileños, llama la atención que esto se explique justo después que El Día revelara su existencia.

Hasta ese momento, amén de que la empresa no quiso decir nada al respecto, ni siquiera las autoridades parecían ponerse de acuerdo en torno a quién había dado el permiso para la construcción.

Fue el secretario de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, el que finalmente explicó que la cancha será donada y que la empresa arreglará, quizás como compensación, las canchas de básquet y de voleibol del Centro Olímpico.

Viendo este ejemplo, ¿ninguna empresa local se anima a construir una cancha para los empleados? Me ofrezco a trabajar en la que lo haga.

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