Cuando la  estética es excesiva en la comida

Cuando la  estética es excesiva en la comida

Madrid. EFE. El factor estético de la comida es algo que se tiene en cuenta en el momento en  que la propia comida deja de ser algo problemático; aunque se haya dicho siempre que se come con la vista, y que la presentación es algo importante, lo cierto es que se trata de algo que afecta, principalmente, a sociedades bien alimentadas.

La cocina actual, la cocina “de autor”, hace mucho hincapié en las presentaciones.  Es un exceso, porque se come con los ojos… pero la vista no alimenta gran cosa.

De todos modos, hoy buscamos la estética en casi todo. Un caso bastante claro es el de las ensaladas: jugamos con los colores para hacerlas lo más atractivas posible, aunque para lograr esa diversidad cromática empleemos ingredientes que nuestros abuelos jamás habrían juzgado útiles para una ensalada, como es el caso de tantas frutas que aportan sabores y texturas.

Y hemos llevado la preocupación por la estética a cosas que, en principio, no están tan a la vista. Es el caso de algunas conservas. Salvo las que se presentan en tarros de vidrio, su contenido es invisible para el cliente hasta que abre la lata. Sin embargo, ya hay consumidores que conocen bien cada marca y saben qué casa se preocupa de la presentación interna del producto. Pero sucede que las casas que se preocupan por este asunto también se fijan en la calidad. 

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