Cuando la historia no cuenta

Cuando la historia no cuenta

El ordinal No.22 del Art. No.55 de la Constitución de la República expresa textualmente lo siguiente: «Depositar ante el Congreso Nacional, al iniciarse la primera Legislatura Ordinaria el 27 de febrero de cada año, un mensaje acompañado de las memorias de los Secretarios de Estado, en el cual dará cuenta de su administración del año anterior».

Esta es una obligación constitucional que fue violada por el Presidente Hipólito Mejía el pasado 27 de febrero, al no cumplir con la misma, y utilizar el escenario de la Asamblea Nacional para pronunciar el peor de los discursos de su gestión. Hay que recordarle al Presidente Mejía que cuando él se juramentó como Presidente Constitucional, juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes, por tanto él es el menos llamado a producir una violación de estas. En ese discurso en vez de pretender descalificar al doctor Leonel Fernández como candidato presidencial, lo que debió hacer el Presidente Mejía era decirle al pueblo dominicano cuáles fueron sus realizaciones del pasado año 2003. Pero como al parecer las realizaciones fueron nulas o negativas, empleó todo el tiempo a confrontar al que se perfila como el próximo presidente de todos los dominicanos.

Es imperdonable que en ese discurso, el Presidente Mejía obviara la trascendencia histórica de la fecha patria, sobretodo en momentos en que soplan vientos antidemocráticos y convulsos en el vecino Haití. El 27 de febrero al parecer no cuenta para el Presidente Mejía, porque desaprovechar la oportunidad y nisiquiera hacer mención de la fecha, constituye un agravio a los hombres y mujeres que con valentía, honor y sacrificio, a fuerza de lucha y sangre, emprendieron la labor de construcción de nuestra nacionalidad. Parece que al presidente Mejía hasta se le olvidó que nuestra independencia fue contra los haitianos, y en vez de hacer un discurso que enalteciera la labor de nuestros héroes, se las pasó acusando a otros de lo que él y su gobierno son los principales responsables.

No es casual que la Constitución establezca la fecha del 27 de febrero, como el día en que el presidente de nuestro país tiene que rendir cuentas al pueblo sobre su administración. Es ahí y no en otra fecha, porque con esa acción, la rendición de cuentas, se pretende rendir culto a nuestros padres fundadores. Es la forma que tenemos los dominicanos de agradecer a esos hombres y mujeres que hicieron posible la República Dominicana. Cuando esa fecha es tomada por algún presidente, para hacer otra cosa distinta a la que establece la Constitución de la República, se está mancillando la memoria histórica de nuestros héroes, y es por ello que no podemos pasar por alto tan vil atropello. Ha cometido un grave error el Presidente Mejía, y tendrá que cargar con el mismo por el resto de sus días. Más pudo la reelección que la historia, y que conste, Mejía no es el primer presidente que comete ese delirio, otros antes que él ya cayeron en la trampa.

Además de olvidadiza de los acontecimientos históricos de nuestro país, la pieza pronunciada por el Presidente Mejía el pasado 27 de Febrero, ante la Asamblea Nacional, constituyó un irrespeto hacia los miembros de la misma, los cuales fueron convocados para escuchar de boca del Presidente Mejía, cuales fueron las ejecutorias gubernamentales durante el año 2003. El pueblo dominicano, los diputados y senadores, todos los allí presentes, fueron invitados a escuchar unas memorias, no un discurso reeleccionista, populista y demagógico, como en los mejores tiempos de los 12 años del balaguerismo. Escenas tristes de los 12 años del balaguerismo, donde funcionarios irreflexivos aplaudían y se levantaban eufóricos de sus asientos, fueron vistas nuevamente el pasado 27 de Febrero. Pensábamos que esas eran cosas del pasado, ya superadas.

Nuestros héroes independentistas fueron agraviados con el olvido presidencial el pasado 27 de Febrero, y eso está muy mal. El Presidente de la República, más que cualquier otro dominicano, es el que mayor tributo debe rendir a nuestros padres fundadores. Que nuestros héroes hayan sido obviados por el primer mandatario, no significa que el pueblo haya olvidado el gesto glorioso de sus enseñanzas, mucho menos el espíritu independentista y soberano que impregnaron en nuestra sociedad a partir del 27 de Febrero de 1844. ¡¡¡Loor a Duarte, Sánchez, Mella, y todos los que juntos a ellos se sacrificaron para que hoy exista la patria!!!

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