Cuando la relación matrimonial pasa a un segundo plano

Cuando la relación matrimonial pasa a un segundo plano

Existen múltiples factores que determinan que la mujer retarde hoy en día el momento del matrimonio. Algunos de éstos son culturales, otros sociales o económicos, y de una forma u otra, resultado de esto, estas mujeres están transformando a la sociedad y se están convirtiendo en un nuevo fenómeno dentro de la misma.

Es indudable que el concepto de matrimonio ha cambiado con las generaciones actuales. Y es que en otras generaciones era considerado como la frontera a la cual se debía llegar para sentirse realizado, a tal punto que las mujeres eran criadas exclusivamente para unirse a un hombre, una acción que significaba el logro de una de sus principales metas.

Sin embargo, en estos tiempos ya muchas   no  consideran esencial el matrimonio.

Indhira de la Cruz, psicóloga de Centro de Aprendizaje y Psicología (CAP), explica que actualmente las mujeres no consideran que casarse sea una necesidad para la realización personal; como resultado, hay una desnaturalización de la función socializadora, educadora y protectora de la familia.

“Estas tendencias muestran que la mujer ha cambiado progresivamente sus metas y perspectivas de vida. El matrimonio ya no es la base para muchas que prefieren ser exitosas a nivel profesional”, comentó.

De igual modo, dijo la terapeuta familiar y de pareja, “la presión empresarial también ha propiciado que las mujeres opten por enfocarse en esta área, dejando atrás otras como la unión conyugal.

Es un hecho que las organizaciones prefieren personas solteras, no embarazadas y más compenetradas con su trabajo; esto impacta en las mujeres que buscan ser más competitivas”.

Y es que, como indica la especialista, la mujer de hoy  examina los aspectos positivos y negativos de tomar dicha decisión con el objetivo de analizar si realmente le conviene a corto, mediano o largo plazo.

De la Cruz manifestó que si se decide por la soltería, es cierto que obtendrá beneficios en libertad y en empleos, pero también tendrá desventajas como la soledad y la falta de estabilidad emocional que eso conlleva.

Pero “otro gran factor de la tendencia a la soltería o a postergar el tiempo de matrimoniarse, es que las mujeres actuales ya no requieren de un esposo o pareja estable para procrear”.

Otra tendencia. Muchas veces,  quienes deciden (hombre o mujer) unir su vida a otra persona, optan por una modalidad que no necesariamente  es casarse legalmente.

Es lo que popularmente se conoce como “juntarse”, convivir bajo el mismo techo, compartir todo, pero sin casarse. 

La decisión de la unión consensual, explica De la Cruz, es debido a que las expectativas de hombre y mujer con respecto al matrimonio han cambiado y ambos consideran que no representa una meta para conseguir esposo, sino que más bien, “la mujer altamente preparada de hoy en día busca un compañero de vida que esté disponible emocionalmente, que pueda expresar el afecto, protegerla, respetarla y que además le permita su plena realización como persona”.

“También existen factores económicos, ya que la escasez de fuentes de trabajo y los salarios insuficientes son grandes obstáculos que los hombres y mujeres consideran cuando ven al matrimonio como una meta”, aseguró.

Pero también explicó que existe una razón cultural, debido a que en la actualidad, “los jóvenes prefieren adoptar  un estilo de vida hedonista donde se prefiere el placer y el ego por encima de la estabilidad matrimonial”.

Conclusiones.  La mezcla de un claro deseo de superación profesional, una cosmovisión del matrimonio diferente y una mayor oferta laboral para las solteras, hacen que la mujer deseche (o posponga) la idea del matrimonio y prefiera optar  por vivir en unión consensual.

Datos puntuales

El modelo de familia ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Si bien es cierto que es positivo para la liberación femenina, también lo es que puede presentar efectos negativos en los hijos.

La mujer tiene ahora un rol más complejo al compartir la responsabilidad económica del hogar, lo que le genera un sentimiento de culpa por dejar el cuidado de sus hijos en otras manos.

Con la llegada de métodos como la inseminación artificial, las mujeres solo necesitan acudir a un banco de esperma, cumplir con los requisitos legales, éticos y económicos y someterse al proceso de embarazo, lo cual constituye un gran impacto para la concepción tradicional de la familia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas