Para una parte de la población el reporte de Salud Pública es solo números, a otros les roba el alma
Los fríos números del reporte de Salud Pública sobre los contagiados y fallecidos por el virus a nivel nacional, cobran sentido cuando un familiar de algún paciente de coronavirus ni siquiera puede hablar con la prensa por el dolor que le embarga la notificación de que su pariente murió.
O como cuando Lauterio de la Cruz expresó en un hilo de voz que solo está esperando un milagro y la voluntad de Dios para su esposa que está intubada por el virus. De la Cruz manifestó que su esposa tiene 67 años y que hace diez días está interna en el hospital Francisco Moscoso Puello, en donde la intubaron.
Sostuvo que luego de que su pareja se operó de tiroides desarrolló una gripe pero estimó que del coronavirus se contagió cuando la llevó a ese hospital, pues “aunque la traje porque no podía respirar, en la prueba del virus salió negativa y dijeron que tenía neumonía, pero después me dijeron que sí tenía el virus”.
Triste pero sostenido por la esperanza, de la Cruz recalcó que su esposa, con quien tiene dos hijos, está en una situación de salud muy delicada. “Estamos esperando un milagro de parte del señor, que Dios puede hacerlo. Los doctores me dijeron que ella está respondiendo a los medicamentos y que ayer abrió los ojos, aunque siempre la mantienen sedada, pero yo sé que Dios está haciendo la obra”, expresó con firmeza.
Mientras que Rosaluz Beato, entre lágrimas, desesperada y airada reclamó que en el hospital Moscoso Puello no tengan la capacidad de realizar todas las analíticas que los pacientes de coronavirus requieren.
Beato explicó que su madre duró una semana interna por el virus en el hospital Rodolfo de la Cruz Lora y que le dieron de alta afirmándole que ya estaba sana, sin embargo, el lunes en la noche tuvo que ingresarla de emergencia en el Moscoso Puello, debido a que presentaba dificultad para respirar.
Sostuvo que al internar a su madre el doctor le indicó que debía llegar a las 6:00 de la mañana para que fuera a un laboratorio privado a realizarle un análisis, pero la sangre de su madre, que transportó con hielo, se le dañó de camino al lugar, por lo que Beato tuvo que volver al hospital a las 11:00 de la mañana a buscar más sangre, no obstante, en el centro la doctora le dijo que se esperara dos horas para ella extraer la sangre, porque estaba ocupada.
Esta situación provocó que Beato se alterara y empezara a llorar, sobre todo porque dejó sus niños solos en la casa, no había comido nada durante la mañana, no tenía dinero y “andaba en un motor”. Cuestionaba el por qué en el Moscoso Puello no realizan todas las analíticas que los pacientes de covid-19 requieren.
“Ellos me ponen a coger trote para hacer unos análisis en un laboratorio que está por detrás de Bellas Artes y yo ando en un motor y dejé mis niños solos en la casa y esta gente me dicen que después de la 1:00 de la tarde para sacarle sangre, algo tan sencillo”, repetía Beato, a gritos.
De su parte, la encargada de la unidad de covid-19 en ese hospital, Indhira Jiménez, explicó que hay analíticas que son especializadas y que el hospital no las realiza, “inclusive hasta en las clínicas tienen que hacer lo mismo porque son pruebas muy específicas. Entonces, esas son el tipo de analíticas que uno le manda a hacer fuera al familiar, ya las demás se realizan acá”.
LA CLAVE
- Pruebas en centros privados
La hija de una paciente de coronavirus denunció ayer que tuvo que trasladarse a un laboratorio privado para realizar un análisis a la sangre de su madre, que en el camino se le dañó, por lo que reclamó que en el hospital Francisco Moscoso Puello le realicen a los enfermos del virus todas las analíticas que requieran.