¿Cuándo los agregados monetarios se utilizan como metas?

¿Cuándo los agregados monetarios se utilizan como metas?

Un aspecto clave para la formulación y seguimiento de la política monetaria de un país es la definición del mejor indicador que pueda producir un impacto futuro de la política monetaria sobre la economía. Tal indicador se puede constituir, si puede ser razonablemente controlado, en un objetivo intermedio que la autoridad monetaria tratará de mantener en línea con las metas previamente especificadas en el Programa Monetario y Financiero del país. Los agregados monetarios pueden ser los indicadores apropiados cuando la demanda del público por ellos está establemente relacionada con el gasto nominal y las tasas de interés de la economía.

La estabilidad de la demanda por agregados monetarios fue consistentemente obtenida en estudios empíricos hasta principios de la década de los setenta. Sin embargo, en décadas recientes, la mayoría de los países de América Latina se han visto involucrados en procesos de innovación y de desregulación financieros que han modificado los patrones de preferencia por instrumentos financieros. Esto ha determinado en muchos casos un quiebre en la estabilidad de la relación entre el dinero y el producto (M/PIB), forzando a las autoridades monetarias a replantear el uso de los indicadores monetarios de acuerdo a las características propias de cada economía.

[b]LOS AGREGADOS MONETARIOS[/b]

Los pasivos del sistema financiero con el público no financiero (billetes y monedas, depósitos a la vista, depósitos a plazo y de ahorro, etc.) reciben el nombre de agregados monetarios. El nivel de los agregados monetarios representa la contrapartida de las reservas internacionales y del crédito interno concedido por el sistema financiero al sector no financiero (público y privado). Los agregados monetarios más utilizados constituyen la base monetaria, la emisión y la cantidad de dinero en circulación, medida a través de sus distintas definiciones. Respecto a la emisión monetaria, está constituida por los billetes y monedas emitidos y puestos en circulación por el Banco Central (emisor) y el dinero recogido por encaje legal. Su nivel está determinado por las variaciones de las reservas monetarias y del crédito interno neto del Banco. Contablemente, su contraparte es la sumatoria de la circulación monetaria y los depósitos de los bancos en el Central.

La base monetaria es la creación primaria de dinero. Representa un pasivo amplio del Banco Central mediante el cual puede influir en la liquidez de la economía. Se define como la suma de la circulación monetaria y de los depósitos y obligaciones de las instituciones financieras y del público en el Banco Central. También puede definirse como del efectivo en manos de público (billetes y monedas en circulación) y de las reservas de los bancos (o sociedades de depósitos).

Tradicionalmente, la variable a la cual la teoría le ha asignado el rol preponderante en el manejo de la política monetaria es el M1 (medio circulante), definida como la oferta monetaria en sentido estricto que refiere la liquidez en moneda nacional a disposición del público. Desde el punto de vista contable es la suma de las especies monetarias en circulación o efectivo en poder del público y los depósitos monetarios a la vista (cuenta corriente) que poseen los agentes económicos en las instituciones financieras. Sin embargo, la constante introducción de innovaciones financieras en el sistema, ha obligado a cambiar la definición de dinero y ha modificado el vínculo entre M1 y las metas finales de política económica.

En este contexto, un agregado más amplio constituye el M2 y refleja de mejor manera el nivel de liquidez de la economía. En la República Dominicana es la suma del M1 y el “cuasidinero”, que comprende los depósitos de ahorro y a plazo. En otros países se calculan además agregados tipo M3 y M4, que incluyen activos financieros menos líquidos, tales como los depósitos a plazo y de ahorro de mutualistas, captaciones de tarjetas de crédito, certificados de arrendamiento mercantil y captaciones de las compañías de intermediación financiera. En cuanto a M4, constituye la suma de M3, los bonos de estabilización monetaria y las aceptaciones bancarias.

[b]LAS METAS INTERMEDIAS[/b]

Entre las metas fundamentales o finales de la política macroeconómica se incluyen la estabilidad de los precios y el tipo de cambio, el crecimiento del empleo y del ingreso, y el logro de un equilibrio razonable de las transacciones con los demás países. Como las metas finales no están sujetas al control directo de las autoridades, para lograr su consecución de una forma ordenada es necesario que las diversas políticas (fiscal, monetaria, cambiaria, etc.) persigan ciertos objetivos cuantitativos definidos o metas intermedias. Esto supone que las metas intermedias tengan una relación estable y predecible con las metas finales.

Para alcanzar las metas intermedias, las autoridades utilizan instrumentos de política económica, es decir, variables cuyos valores están totalmente bajo el control de las autoridades. Estos instrumentos de política económica suelen guardar una relación muy débil con las metas finales, pero una mucho más estrecha con las metas intermedias. Así, para que una política monetaria se encamine al logro de un objetivo intermedio específico, esto es al control y seguimiento continuo de las variables monetarias, se busca alcanzar determinados objetivos macroeconómicos en materia de crecimiento, balanza de pagos y, muy especialmente, estabilidad de precios. En tal virtud, el propósito de utilizar los agregados monetarios como metas de política es asegurar que la evolución de la liquidez interna sea compatible con esos objetivos en un marco de intermediación financiera eficaz. Tradicionalmente, se ha considerado como metas intermedias de la política monetaria al crecimiento de los agregados monetarios y a los niveles de las tasas de interés de mercado.

A fin de lograr los objetivos de política monetaria, las autoridades actúan a través de instrumentos que permitan lograr el efecto esperado sin provocar impactos secundarios nocivos en la actividad económica. Con tal propósito, se procede a determinar el indicador más apropiado que permita establecer la dirección de la política monetaria (su expansión o contracción) y la magnitud en que el producto y los precios serían afectados por las acciones de política que se tomen. Por ello, para alcanzar las metas intermedias del crecimiento de los agregados monetarios y niveles de las tasas de interés, los instrumentos utilizados por las autoridades monetarias constituyen las operaciones de mercado abierto (compra y venta de bonos de estabilización monetaria), la tasa de descuento y la reserva obligatoria o encaje.

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