Cuando los hijos prefieren al amigo confidente

Cuando los hijos prefieren al amigo confidente

Tener una buena relación con los hijos desde temprana edad –básicamente desde  la niñez– acondicionaría el camino para manejar la  adolescencia y la juventud,  etapa de importantes  cambios, no solo para su hijo o hija  en particular, sino para la familia en sentido general.

 Es durante esta etapa que los hijos dejan de ver a los padres como sus referentes personales, sus protectores,  y empiezan una la búsqueda de pertenencia, independencia, de referentes al exterior del hogar, la cual encuentra generalmente en los amigos y en artistas de su generación; es entonces   cuando comienzan los conflictos familiares, porque ya el adolescente no quiere la protección que le brindan los padres, no les confía sus cosas, sino que prefiere tener  a sus amigos como  confidentes, ya que pertenecen a su misma generación, su misma  época.

En esta etapa los  jóvenes piensan que  sus padres no los  entenderían,  los consideran “demasiado adultos” para eso.

Sobre este tema, el cual preocupa bastante  a los padres hoy día, debido a la  gran presión que socialmente  significa en cuanto  a la  crianza de sus hijos como hombres y mujeres de bien,  ¡Vivir! conversó con  la psicóloga y terapeuta familiar Solange Inmaculada Alvarado Espaillat.

La especialista consultada nos cuenta  que lo fundamental para manejar este  tipo de problema,  propio de la adolescencia y la juventud, y  que suele muchas veces  agravarse por la elección de algunos  amigos, es “tener una buena relación con los hijos desde  la niñez, antes de que lleguen a esta etapa”.

Importancia de los amigos.  Alvarado Espaillat opina que   los padres deben  estar lo suficientemente conscientes de  que  no pueden tratar el tema de los amigos de sus hijos como algo banal. Señala que es necesario  entender que  hacer amistades, pertenecer a un grupo, es parte  de crecimiento, de su desarrollo en este importante proceso de cambios personales  por el que atraviesan.

La experta afirma que  hacerles prohibiciones radicales, sin explicaciones que los convenzan,  solo traería como consecuencia una total rebeldía de los hijos hacia los padres, especialmente si no existe una relación sólida de amor y confianza entre padres e hijos.

¿Qué hacer cuando se percibe peligro?  La primera  recomendación de la psicóloga familiar es sentarse a hablar con el hijo, no exigiéndole que deje tal o cual amistad, sino dándole razones contundentes para tomar esa decisión.

Si se tiene información de que hay involucramiento con sustancias prohibidas -drogas-, vandalismo y otros comportamientos inadecuados, mostrarle información a su hijo,  presentarle estadísticas de los jóvenes afectados por estos problemas sociales para que él sienta que se le está hablando con el corazón, con amor, por su bien, porque se le quiere”.

“Prohibirle  porque sí y ya, no tendría ningún efecto positivo; al contrario, lo llevaría a desarrollar una gran rebeldía contra sus padres.  Si los padres actúan movidos solo por prejuicios sociales, porque el amigo de su hijo tiene tatuajes, aretes en las orejas –los varones– “piercing” en el ombligo, la lengua, la nariz, etc.,  lo único que estarían haciendo es alejar a sus hijos de ellos. Los padres hoy día no quieren hablar,  y hacerlo, negociar con los hijos, es de suma importancia en esta etapa de sus vidas”.  

Lo más conveniente  para manejar correctamente el tema de los amigos de los hijos en la adolescencia –añade– es entender que ellos han crecido, que sus amigos son muy importantes para ellos porque están en esa etapa de búsqueda de identidad, de separación y alejamiento  de los padres como sus referentes; “es saber que ya papá y mamá no son sus referentes sino otros, que pueden ser los amigos o algún artista de moda de su generación, pero que esto es parte de su crecimiento”, explica.

“Si papá y mamá son personas inseguras, que se ponen celosas porque creen que el hijo ya no los quiere porque quiere  estar lejos de ellos, no contarles sus cosas, prefiriendo  a un amigo,  y recurren a prohibirle buscar de esas amistades, entonces ellos irán en contra, harán todo lo que se les prohíbe, precisamente para llevar la contraria;  lo positivo es convencer,  negociar”.

La especialista dice  que una sabia manera de manejar la situación es no cerrarse a esas amistades, hacer que  vengan a la casa a compartir para conocerlos,  saber de dónde vienen, quiénes son, sin prejuicios.

“La mejor manera de manejar a los adolescentes es no llevarles la contraria, negociar; por ejemplo, si todos los domingos vamos a comer con los abuelos y de repente dice que no quiere ir,  entonces buscamos una solución: puede ser que los abuelos vengan a la casa, que un domingo él se quede en la casa con el amigo,  que invite al amigo donde los abuelos…, en fin,  buscar la manera de acomodarnos y saber que no es solo el muchacho que está cambiando, sino todo en la familia”.

Una de las razones principales por las que hay tantos problemas hoy día, agrega, es que los hijos están muy solos, por que los padres viven muy aprisa a causa de  sus rutinas diarias. Otra causa es la tecnología

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