Del odio al amor hay sólo un paso y los hombres que son misóginos lo saben bien. Ellos, a diferencia de muchos de sus congéneres que se desbordan en amor por una dama, padecen de misoginia, una enfermedad psicológica que consiste en odiar a la mujer y lo femenino.
Pero atención: misoginia y machismo no es lo mismo, ambos conceptos se relacionan, pues se concibe a la misoginia como una forma extrema de sexismo y machismo, mas en realidad la misma no consiste en ser partidario del predominio del hombre sobre la mujer, sino en pensar que el hombre debe liberarse de cualquier tipo de dependencia del género femenino.
Resultado de un trauma. ¡Vivir! consultó al reputado psiquiatra César Mella acerca de las causas de este mal y él señala que todavía se desconoce una concluyente, sino que existen múltiples hipótesis.
El desprecio por una mujer amada; el maltrato y abuso en la infancia por parte de la figura materna; problemas de identidad y preferencias sexuales no bien resueltos son algunas de las causas más comunes de la misoginia, señala el doctor Mella.
Cómo descubrir un misógino. ¿Es su pareja un misógino? Caras vemos, corazones no sabemos, dice un popular refrán. Por lo que de entrada diferenciar entre un hombre misógino y uno sano no ha de ser tarea fácil. Sin embargo, el doctor Mella nos da algunas señales que serían fáciles de identificar:
Se ha dicho que la misoginia está emparentada con la misantropía (odio a la humanidad) y que el hombre con estas características lo que busca es liberarse de la dependencia de lo femenino (recuerden que todos estuvimos en el vientre de una mujer), señala el famoso galeno.
Otras señales de alerta incluyen ser escépticos respecto a la concepción y a la formación de una familia, por lo tanto huyen al compromiso con una mujer y familiar, indica el psiquiatra.
Además, está la violencia física, psicológica, verbal y económica, que si bien no es exclusiva de esta enfermedad, suele aparecer.
Él debe dar el primer paso. Al igual que otras enfermedades, la cura de la misoginia precisa que el enfermo reconozca su estado, que como señala el doctor Mella difícilmente un hombre busque asistencia profesional por esta tendencia, la cual justifica y no la proyecta como una anomalía.
Ya después, hacerse un psicoanálisis para tratar su enfermedad es la única forma de liberarse de ese mal que le impide sentir respeto y amor sano por una mujer concluye Mella.