Nada más desesperante para los padres que escuchar su hijo llorar, sobre todo si el llanto es causado por algún malestar o dolor. Cuando el llanto no tiene razones aparentes, o el infante lo hace para pedir las cosas que desea o necesita, se genera por lo regular un estado de confusión en los padres. Es una situación molestosa, que debemos prestar atención para dar el soporte correcto al niño y ayudarlo a superarlo.
Recuerde que el llanto es la primera forma de comunicación de los seres humanos, es la manera que tiene un bebe de expresar sus emociones y de comunicar sus necesidades, los padres por lo regular se hacen expertos en descifrar la necesidad del niño según su tipo de llanto.
Si el niño es menor de tres años puede ser normal que aun pida algunas cosas llorando, pues está desarrollando su lenguaje y con este la capacidad de expresión y comunicación. En esta etapa al no hablar correctamente no puede comunicar sus sentimientos de manera adecuada y es natural que recura al llanto.
A medida que el niño va desarrollando su capacidad de comunicación, no necesita llorar para expresar sus necesidades, después de los tres años los momentos de llanto deben ser mínimos y por una causa justificada.
Cuando el niño llora, aunque no parezca existir un motivo real para el padre, para el dentro de su mundo infantil sí existe. Hay dos grandes causas por las cuales un niño llora para pedir las cosas, está la causa física que es la más fácil de identificar, sobre todo cuando el niño tiene alguna necesidad no resuelta como: un malestar físico, hambre, sueño, cansancio o enfermedad.
Las más difíciles de diagnosticar son las causas psicoemocionales, tales como: la sobreprotección de los padres, que es una de las principales razones, pues la falta de autonomía e independencia crea inseguridades en el niño, la falta de atención de los padres por la prisa del día a día y los compromisos laborales, la necesidad del niño por llamar la atención, esta regularmente sucede cuando las necesidades afectivas del menor no están cubiertas. Dada estas circunstancias el niño con sus lágrimas convence al padre, este cede a su petición y cae en un patrón repetitivo que se convierte en manipulación.
La falta de madurez para enfrentar algunas situaciones, muchas veces porque quieren hacer cosas que aún no están al alcance de sus habilidades o destrezas, provoca en los niños ciertos niveles de frustración, que en la mayoría de las ocasiones se expresa en llanto.
Recomendaciones
• La primera recomendación es mantener la calma, respirar profundo para no desesperarse y poder ayudar al niño a superar esta etapa, evite gritarle, por el contrario, muestre una actitud comprensiva.
• Analice si está prestando la atención debida a su hijo, si le está dedicando tiempo y de calidad.
• Ayude al niño a desarrollar su vocabulario para, mejorar su capacidad de expresión.
• No ceder ante caprichos, sobre todo si lo piden llorando o haciendo rabietas; cuando cedemos ante el llanto de nuestros hijos le enviamos el mensaje de que pueden conseguir lo que quieren llorando y se acostumbran a utilizar esta estrategia.
• Cuando el niño solicite algo llorando, dígale que no lo entiende e invítelo a calmarse y a pedir la cosa correctamente, hablando y calmado, una vez logre tranquilizarse entonces de ser posible y adecuado complazca su petición.
• Póngase de acuerdo con las personas que le ayudan en la supervisión del menor para que todos le digan lo mismo cuando solicite las cosas llorando.
• Si llora en lugares público para solicitar algo, no ceda “para evitar la vergüenza”, muy por el contrario, mantenga una actitud firme.
• Enseñe a su hijo a superar dificultades y transmítale confianza en sus capacidades, permitiéndole desarrollar destrezas.
• Desarrolle en su hijo la independencia y la autonomía a través de la paciencia y dedicación.
• Enseñe a su hijo pensar en positivo, que vea las dificultades como una oportunidad de crecimiento. La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL. Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia