Cuando nace un poeta

Cuando nace un poeta

Hace muchos años, Anatole France dijo que “un verso hermoso es como un arco que se desliza sobre nuestras fibras sonoras”. La cita la hago en ocasión de recordar una charla que ofrecí siendo aún muy joven y comenzaba a dar mis primeros tropiezos en el difícil camino de la literatura, allá por los años de 1940.

En aquella oportunidad tuve la osadía de ofrecer a mis amigos y compañeros de inquietudes y estudios universitarios lo que llamaba mi obra poética, la cual aún permanece inédita, salvo algunos poemas publicados en distintas revistas nacionales y extranjeras ya desaparecidas, por las persecuciones desatadas por el terror de los secuaces de la tiranía trujillista.

Señalaba en aquella apacible mañana, cuya fecha no viene a mi memoria, que “los poemas que escucharán hoy, son hijos de mi inspiración, son simples motivos de mi vida, notas arrancadas al trajín de la vida, son como fotos instantáneas tomadas al correr de la vida, siluetas de mujeres que se pierden al doblar una esquina o impresiones callejeras inventadas por mí o el recuerdo de años ya pasados o el efecto profundo, reflejado en mi alma de ese mar tan hermoso y tan querido por mí.

Las referencias precedentes están motivadas por el propósito de salvar los obstáculos del tiempo y vencer el miedo a dar a conocer algo que he llevado oculto por tantos años, por no sé qué temor, a presentar ese lado de mi vida.

Pero por fin he resuelto, y hoy, hago mía la confesión y traigo algo de mí que estaba oculto desde mis años de mocedad y para los efectos en estos días de nacimiento de la llegada del próximo verano, ofrezco a mis  presentes lectores algunos fragmentos de algunos versos conservados sigilosamente al través de los años, que en estos días aparecerán en el primer y segundo volumen de la Antología Poética de los años de 1940, que ha publicado Editorial Santuario. Espero que sean de su aprecio.

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