Cuando se derrumben los poderosos

Cuando se derrumben los poderosos

Parece que el PLD va a hacer Castillos en el Aire, y olvida que  los afectados por el dolo serán condenados. Si no por la Justicia, por la acción soberana del pueblo hasta dónde  ha colado la repulsa hasta los huesos.

Estamos seguros de que mantendremos la voluntad de escribir sobre lo que ha pasado o vuelva a pasar, porque la contaminación del pasado no nos puede barrer y hace justa esa actitud. No vamos a callar los cuerpos del delito que habrán de hacer su aparición; ya es hora de ultimar a los delincuentes situados en despachos decorados y alfombrados. No ha lugar a la compasión, y, si a la esperanza, porque los ideales históricos de tantos jóvenes que ofrendaron sus vidas, en aras de la libertad y la democracia, tienen que convertirse en la fuerza moral de nuestra sociedad.

No  es posible que personas de relieve público de tantos gobiernos, elegidos en la cúpula del nuevo capitalismo dominicano de estos días, cuyos orígenes oscuros y humildes de todos son conocidos, hayan tenido una meteórica ascensión a las altísimas de la riqueza y del poder por métodos no muy santos, sigan tan campantes paseando y haciendo alardes de sus teneres, y que no sean sancionados por la justicia, porque no hay papeles probatorios o pruebas escritas.

 ¡No hay pruebas ni las habrá! Muchos son los personajes de esta compleja historia que se desnudan con sus alardes de riquezas, conexiones, negocios compartidos con testaferros, muchas convivencias que se destapan, y sin embargo, no se hace justicia, porque el dinero del poder todo lo puede, todo lo calla.

Solo nos queda taparnos la nariz, acorazarnos en la duda, con la firme esperanza que todo haya sido una acumulación exagerada y morbosa, por lo que ha sucedido dicen algunos han sido “simples macuteos” o “robos de gallinas.” No, no es posible que de nuevo el pueblo se sumerja en el desencanto y la desilusión o en algo peor.

Cuando los pueblos ya no creen en nada es muy posible que tampoco puedan crear nada. Hay que actuar, pero rápido, con pasos firmes, todos los delincuentes tendrán que ser juzgados; la injusticia no puede continuar.

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