Por más que intento convencerme no puedo. Las medias verdades, aunque se vistan de verbo, nunca lograrán dibujar la realidad: siempre existirá un trazo de mentira, aunque sutil, que quiera ser disfrazada.

Es lo que sucede con el caso del acueducto de Maimón que, incluido como parte de las inauguraciones que realizó el presidente Leonel Fernández el pasado jueves, aún no está terminado. A causa de ello, aún hay barrios que no reciben agua potable. El Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) lo explica de esta manera: no se han realizado los trabajos de la segunda etapa, que estarán listos en el mes de junio. Ante esta realidad, que Mariano Germán explicó durante la “inauguración” de seis acueductos de la provincia Monseñor Nouel, Maimón nunca debió incluirse en el programa de ese día. Y es que, aunque aquí es algo común, las obras jamás deberían inaugurarse hasta que no están  realmente concluidas.  Hacerlo, sobre todo para la gente afectada con la falta de servicios, es una estafa: sólo aquello que ve, y abarca a la totalidad, representa la  verdad.

El mismo caso se da con las extensiones de la UASD: aunque cuentan con la infraestructura para dar clases, no tienen laboratorios para las prácticas y, en algunas ocasiones, ni siquiera todos los docentes que necesitan. Así, ¿de qué sirve inaugurar una universidad? Volviendo con las aperturas de las primeras etapas, que podrían venir a ritmo de festival, es justo decir que sólo harán que el Presidente quede como un mentiroso donde estén esperando por la etapa final. Eso, en lugar de ayudarle en la campaña, lo alejará del votante que espera que le resuelvan.