Los senadores tienen un salario básico por RD$125,000.00 + gastos de representación por $50,000.00 + dieta por $25,000.00 + gastos de hospedaje por $25,000.00 = RD$225,000.00.

Además de esto, un senador recibe celular y gasolina gratis + ayudas para amueblar oficina + bonificaciones que pueden llegar a $400,000.00 + $5000 por cada sesión a que asista + $3,500 por cada comisión a que pertenezca + 10 asistentes en la capital y 15 en su provincia + exoneración de vehículos.

Como si lo anterior fuera poco, los senadores manejan a su discreción un “fondo de desarrollo provincial” por $600,000 – $900,000 mensuales. No hay que contar bonificaciones especiales como la de la Lotería el año pasado, ni otros beneficios posibles desde el poder. Esto sin contar el “hombre del maletín”, ese mago que, sin más argumento que el cohecho, logra la aprobación inmediata de cualquier ley. Como para que nadie dude que nos están cogiendo de pendejos, el senador cuando concluye su período, tiene asegurada jubilación de por vida.

Cuando sea senador me limitaré a mi salario. Usaré el “barrilito” para un Banco de los pobres administrado por las iglesias; los “gastos de representación” servirán de premio a la ciencia, al arte y a los deportes; la “dieta” servirá para el diseño de un proyecto de nación y plan maestro de la provincia; “gastos de hospedaje”, para el rescate de la cultura cocola; “incentivos” por sesiones se transformarán en ayudas estudiantiles, y, cualquier “bonificación” la utilizaré para la promoción de matrimonios felices. Sé que haciendo esto recibiré la bendición de Dios, de mi familia, y el beneplácito de mis conciudadanos.