“Cuando un amigo se ha ido”

“Cuando un amigo se ha ido”

Cuando un amigo se va. ¿Quien le hubiera dicho a Facundo Cabral que su propia canción serviría para despedirlo del mundo de los vivos y recordarlo a través de los años?

Hoy hace cinco años que manos criminales le arrebataron la vida al cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino, cuando sicarios lo confundieron con un empresario vinculado al narcotráfico en la ciudad de Guatemala.
“Pobrecito mi patrón”, “No soy de aquí, ni soy de allá”, “El diablo es un señor”, “La vida es ahora mismo” y “Señora de Juan Fernández” forman parte del amplio legado de canciones sociales y sátiras de Rodolfo Enrique Cabral Camiñas -Facundo Cabral-.
Las frases que pronunciaba en sus conciertos dejaban ver su filosofía de vida: “Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos”.
El artista que más canciones grabó de Facundo Cabral fue su compatriota Alberto Cortez, con quien grabó además cuatro álbumes: En 1994 “Lo Cortez no quita lo Cabral” (Vol. I) (En vivo), de 1995 es “Lo Cortez no quita lo Cabral” (Vol. II) (En vivo), y en 1998 hicieron el disco “Cortezías y Cabralidades” (Vol. I y II).
En su último concierto en la ciudad de Guatemala, el martes 5 de julio de 2011 en el Expocenter del Grand Tikal Futura Hotel, para despedirse dijo: “Ya les di las gracias a ustedes; las daré en Quetzaltenango, y después que sea lo que Dios quiera, porque Él sabe lo que hace”.
Exiliado político. Según su biografía, durante la dictadura argentina, entre 1976-1983, Facundo Cabral era ya considerado un cantautor de protesta, lo que lo obligó a abandonar Argentina en 1976.
Es así como se radicó en México, donde continuó componiendo y haciendo presentaciones. Se estima que recorrió 165 países.

En 1984, regresó a Argentina con su nombre consagrado. Ofreció un recital en el Estadio Luna Park. Siguió por Mar del Plata. En 1987, llenó el estadio de fútbol de Ferrocarril Oeste, en Buenos Aires.

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