Sangrientos, los últimos días del 2018 estuvieron matizados por la tragedia: once personas perdieron la vida de forma violenta e irracional, mostrando la peor cara de lo que somos como sociedad.
Por un lado está el asesinato de Roberto Confesor Hichez Zapata, de 44 años; Pablo Roberto Celedonio, de 42; Eladia Sabino de la Cruz, de 41, y Librada Zapata, de 38, quienes fueron abatidos a tiros por desconocidos cuando salieron de una discoteca de Guerra la madrugada del pasado sábado. Aunque aún no hay detalles sobre el caso, se descartó el móvil del robo. ¿Será ajuste de cuentas?
Al día siguiente también abatieron a Wolter Peña Almánzar, de 30 años; y Florianny Lajara, de 28, quienes fueron asesinados por sicario por una presunta discusión que había tenido Peña Almánzar con el alegado autor intelectual del crimen. La historia es sobrecogedora: ¿qué discusión lleva a alguien a mandar a matar?
Igual de terrible fue la suerte que corrieron la madrugada del sábado en Higüey, Elsy Mariel Sánchez y sus pequeños hijos Yerlin y Martín Sánchez, ultimados a manos de la pareja de ella, José del Rosario, quien luego se suicidó electrocutándose. ¿Lo más triste? Todos sabían que él los violentaba y, a pesar de ello, terminaron muriendo.
Las últimas víctimas de la fatalidad son Elira Cabrera, de 36 años, y su madre Confesora Toribio, de 72, que perdieron la vida a manos de Juan Recio, exmarido de Elira, quien está prófugo. El nunca la había golpeado pero era violento verbalmente. Ella lo denunció pero le temía y no le dio seguimiento a la denuncia. Hoy está muerta. ¡Siempre es igual!