Cuando un gobierno es honesto, se nota

Cuando un gobierno es honesto, se nota

Dice un refrán, que la esposa del césar, además de ser seria también tiene que aparentarlo. Lo mismo pasa con los gobiernos. Cuando un gobierno es honesto, no tiene porqué aparentar lo contrario, eso se nota, se ve a simple vista en sus ejecutorias, en sus procesos y en sus funcionarios.

En esta “empresa” llamada República Dominicana, que es una especie de “compañía por acciones”, uno de sus socios, el Estado tiene el deber y la obligación de tener cuentas claras en todo momento.

Esta misma semana hemos solicitado al gobierno del Presidente Medina a que lleve transparencia al proceso utilizado para fijar los precios de los combustibles. No hay razón, para que la fórmula utilizada en este proceso sea tan bien guardada como la fórmula de la cocacola.

La ley de los carburantes dice “mas o menos” como debe calcularse los precios de los combustibles, pero no está clara la fórmula, está de hecho incompleta. Eso se presta para muchas cosas truculentas.

El tema de los precios de los combustibles influye directamente en nuestra canasta básica, en nuestro estilo de vida y en nuestra cotidianidad. Influye tanto que hasta puede hacernos cambiar nuestras agendas, por que debemos ajustar nuestro presupuesto a la hora de pagar el transporte de nosotros mismos o el transporte de los alimentos, o incluso de las materias primas.

De manera que es de vital importancia, que la sociedad tenga un esquema transparente sobre el cual fijar los precios de los combustibles.

Tan transparente que cualquier persona pueda fácilmente calcular estos precios y saber “cómo viene la cosa” para la semana próxima.

En un país donde la impunidad es rampante, tener reglas claras y hacer a la ciudadanía partícipe de mecanismos como el que sube y baja la gasolina y el gas, son medidas típicas de un gobierno honesto. Ah, pero de un gobierno honesto.

Pero claro, si lo que se quiere es tener una herramienta política de subir y bajar precios de las gasolinas para tener una especie de espada de Damocles sobre el bolsillo del dominicano o para variar los márgenes de ganancias de una que otra mafia, entonces en esos casos no habrán fórmulas ni procesos claros ni transparentes, solo manejos turbios, opacos, poco detallados y a vuelo de pájaro se dictará una fórmula ajustada a la necesidad política de cada semana, dependiendo del humor o del apetito que tenga el gobierno en ese momento.

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