Cuando un papá cuida, el campo crece

Cuando un papá cuida, el campo crece

Por Gabriela Rodríguez

Nos encontramos en el mes de los papás, y como cada año, surgen los memes que comparan su relevancia con la del mes de las madres. Entre risas y burlas se revela una realidad profundamente arraigada durante décadas, el rol de cuidados ha sido asignado casi exclusivamente a las madres, pero ¿qué significa ser un “papá que cuida”? Es el papá que está presente, comprometiéndose con los cuidados diarios, como las rutinas de alimentar, bañar, cambiar, peinar y la preparación de sus hijas e hijos en el día a día. Cada vez más padres están asumiendo su compromiso y responsabilidad en los cuidados; esto se manifiesta también con momentos de calidad compartidos, juegos, escucha activa y la vivencia de experiencias conjuntas desde el nacimiento.

Como feminista siempre he tenido claridad sobre el rol de los cuidados en el desarrollo social y económico. Lo más gratificante que encontré cuando entré a trabajar en Plan International fue que no se quedaba solo en un discurso o realidad que todos conocemos, desde Plan el cuidado es fundamental, no solo en la protección de la niñez sino en el desarrollo de nuestros proyectos. Hay una perspectiva de género real que busca que las madres jóvenes puedan contar con apoyo económico para el cuido de sus hijas e hijos, mientras participan de espacios formativos que les permitirían ampliar sus posibilidades laborales. Con “Papás que cuidan” se continúa profundizando este trabajo, evidenciando la importancia de la corresponsabilidad en los cuidados. Las familias necesitan de una red de cuidados que comienza con mamá y papá. Promover que los padres ocupen su espacio, que es tanto deber como derecho, es beneficioso para toda la familia.

Foto 2 Guillermo Casado
Gabriela Rodríguez.

Este año tenemos el interés de poner el ojo sobre el cuidado en la vida rural, siendo frecuentemente un espacio invisibilizado. Eso me genera la pregunta ¿qué significa ser un papá rural hoy?, ¿está limitado a un espacio geográfico o a una edad?, ¿acaso no tiene todo un bagaje cultural de actitudes, prácticas y tradiciones? Con el crecimiento de las ciudades, la “modernización” y la disminución del espacio agrícola, la ruralidad está siendo redefinida no solo por su vínculo con la agricultura sino también por su diversidad cultural y social. Aunque cada vez menos personas en zonas rurales viven exclusivamente de actividades agrícolas, el cuidado a la niñez, la comunidad y las personas envejecientes sigue siendo vital en todas las áreas de la vida rural.

Los padres rurales son soporte fundamental para sus familias: son sustento económico y emocional, promotores del cariño y protectores del bienestar desde un lugar marcado por la tradición, la identidad y los hábitos de su entorno. En nuestros campos dominicanos hay cada vez más hombres que asumen un rol activo en las tareas domésticas y de cuidado; comprenden que estar presentes no es opcional sino necesario para garantizar un desarrollo pleno de sus hijos e hijas.

El impacto positivo: comunidades más resilientes

Cuando un papá cuida, no solo crece su familia; crece todo el campo. La implicación paterna fortalece los vínculos familiares, mejora los indicadores de salud infantil, reduce las desigualdades de género y contribuye a comunidades rurales más resilientes frente a desafíos como el cambio climático o la migración. Esto porque genera fundamentos fuertes, vínculos sanos y referentes de responsabilidades compartidas que se extrapolan de la familia a la comunidad.

Por eso invitamos a todos los sectores —gobierno, organizaciones sociales y empresas— a sumarse a esta visión transformadora de la paternidad. Reconocer a los “Papás que cuidan” es valorar un futuro sostenible donde nuestras raíces familiares sean tan fuertes como nuestra tierra. Por eso les deseo a todos los padres un ¡Feliz día del padre! Que sigan asumiendo y disfrutando de su rol de papás para juntos construir una sociedad mas igualitaria, en las ciudades, en los campos y en la nueva ruralidad.