Desde hace algún tiempo, en República Dominicana se enfrentan dos posiciones: a) la oficial, que considera muy baja nuestra Presión Tributaria (PT) y, por lo tanto, es imperativo aumentarla, y b) la que sostiene que el pueblo no resiste más impuestos
PT = recaudaciones (tributarias)/PIB x 100, un parámetro elemental, sin secretos ni complicaciones, que nos dice qué porcentaje de todo lo generado en la economía, sin duplicaciones (PIB) es captado por el Sector Público vía impuestos, derechos y tasas. Los economistas somos geniales en la creación de parámetros simplificadores y el PT es uno de ellos.
Por ejemplo, hay países, europeos cuyo PT ronda el 40% y todos parecen vivir contentos y felices; mientras por nuestros lares un PT = 12% sentimos que nos estrangula. No hay duda: alguien está desenfocado.
En el caso del numerador (ingresos del Estado) interesan dos aspectos clave:
a) Su origen. Quiénes los pagan, dependiendo del tipo de impuesto: Imp. S/Renta, de las ventas de bienes y servicios (ITBIS), de las importaciones (aranceles), de los bienes considerados suntuarios (Selectivo al Consumo), etc.
Los 3 últimos son indirectos, recaen, al final de su proceso, sobre los individuos, sin importar que sean ricos o pobres. Nuestro ISR es un paraíso para los pobres: están exentos ingresos de unos RD$30,000 mensuales.
b) Su destino. Qué hace el Gobierno con esos recursos, con cuatro posibles usos: inversiones (prioritarias y las no) y gastos (necesarios y los no tanto).
En principio: nunca debe doler tanto pagar muchos impuestos, si el Estado resuelve satisfactoriamente todo lo fundamental.
Veamos ¿Se sentiría usted mejor o peor si en nuestro país el PT fuera del 30%, pero, a cambio, ya no hubieren apagones, la educación pública, además de gratis, tuviere una cobertura nacional y fuere eficiente, si los hospitales fueran un modelo de servicio, sin discriminaciones, si la Policía inspirara confianza por su buena labor, si no hubieren basureros, si las calles no se inundan al llover, si los hoyos desaparecieran de calles y carreteras, si no tuviéremos que tapar las deficiencias gubernamentales mediante costosos colegios privados, altas verjas, serenos, cisternas, planta eléctrica, ¿guachimanes?
Una responsable, seria y eficiente política tributaria pudiere no darle tanta importancia a la posible injusticia del origen: discriminar entre pobres y ricos es a menudo lo que más complica y encarece la administración, el cobro, de los impuestos.
Un enfoque así de responsable hace tiempo que debió ampliar la base del ITBIS, erradicando íntegramente todos los bienes exentos.
¿Tiene sentido, para no recargar los alimentos de los pobres, que también estén exentos los consumos que de tales bienes hacen los sectores acaudalados?
Repetimos, una visión seria, menos demagógica, se centra en el uso o destino del Erario Público. Por ejemplo: si al ITBIS se le eliminaran todas las exenciones, ese tributo aumentaría muchísimo, pagado en parte por los pobres y en parte por los ricos y la clase media. En ese caso, lo justo vendría al destinar todo ese incremento solo para los pobres: salud, educación, agua potable. ¿Ya se dio usted cuenta? Con la ampliación del ITBIS aumentaría PT ¿Y quien se quejaría?
Las claves
1. Impuestos
Desde hace algún tiempo, en República Dominicana se enfrentan dos posiciones: la oficial) la que sostiene que el pueblo no resiste más impuestos.
2. Destino
El Gobierno debe invertir eficientemente los recursos.