Cuando una persona es tóxica

Cuando una persona es tóxica

Los seres humanos somos sociables por naturaleza. Nos gusta estar rodeados de amistades, familiares o de alguna pareja sentimental.
Ya sea por pasar momentos agradables, para compartir secretos o sentir compañía, el contar con un círculo social nos da un equilibrio emocional fantástico.
No obstante, muchas veces llegan a nuestra vida personas con actitudes tóxicas que alteran nuestro entorno y emociones.
De acuerdo a la psicóloga clínica Iris Bello Castillo, a esta clase de gente también se les conoce como vampiros emocionales, porque son capaces de drenar la sensación de bienestar de quienes están a su alrededor haciendo que estos se sientan confundidos, agotados y desesperados.
“No es que la persona en sí sea tóxica, lo que la convierte en eso es la incapacidad que tiene de asumir la responsabilidad de sus emociones, sentimientos, comportamientos, necesidades y los problemas que trae la vida en general”, afirma.
La especialista, quien labora en Terapia Boutique, añade que para los seres tóxicos lo que les ocurre en la vida es causa directa de las acciones de otros, no de lo que ellos hacen. Además, son capaces de llegar a extremos de manipular, controlar y utilizar a los demás para cubrir las propias necesidades.
Cómo detectarla. La doctora Bello Castillo comprende que las mejores señales que nos ayudan a descubrir que tenemos un vampiro emocional en nuestro entorno es observar las siguientes acciones en su conducta:
1- Este tipo de personas son incapaces de reconocer sus errores y pedir disculpas. Incluso pueden llegar al extremo de acusar a los demás de querer hacerles daño o estar exagerando.
2- Son súper egocéntricos, sólo parecen estar interesados en otros cuando sirve a algún propósito que ellos tengan.
3- Siempre tienen la razón, sin importar el tema a tratar, aunque no sean expertos en el tópico.
4- Continuamente hay que demostrarles lo que uno vale, siempre entienden que no somos lo suficientemente buenos.
5- Son personas que suelen estar rodeadas de drama y muchas veces, lo provocan.
6- Tienen la incapacidad de aceptar la palabra “no” como respuesta. La persona tóxica puede intentar manipular o utilizar la culpa para lograr sus cometidos.
7- Sus relaciones humanas no son recíprocas, es decir, exigen y piden mucho más de lo que ofrecen.
8- Tienen cambios de humor sin motivo aparente, en un momento pueden ser amables y cercanos, en otro pueden volverse muy fríos o enojarse. Esto puede provocar que nos sintamos culpables.
Técnicas para evadirla. “Para librarnos de una persona tóxica tenemos que entender primero que cada quien es responsable de sus emociones, sentimientos, necesidades y conducta”, explica la especialista en Psicoterapia y Psicología Positiva.
Sostiene que esto nos ayuda a librarnos de la culpa que puede surgir cuando a esta clase de personas le ponemos límites en la interacción.
Además, es necesario que seamos asertivos a poner esos límites y naturalmente mantenerlos.
“Es importante que reflexionemos sobre esa relación y analicemos si estamos en un círculo vicioso donde nos encontramos intentando rescatar o cambiar a la persona tóxica. Tenemos que entender que no es nuestra responsabilidad cambiar a alguien”, dice.
Si a pesar de los límites que tracemos, su conducta no cambia o es demasiado tóxica, lo mejor es crear distancia y mantenerla, así podemos dar oportunidad que a nuestras vidas lleguen personas que nos puedan enriquecer.

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