¡Cuánta gozadera en un país en crisis!

¡Cuánta gozadera en un país en crisis!

Quizás yo carezca de la autoridad moral necesaria para el tema de hoy, pues a decir verdad de las cosas que más disfruto es una buena mesa con compañía agradable y algún vino que no sea malo, y eso aquí cuesta más que en Nueva York, pero lo ocurrido este fin de semana con la presentación casi simultánea de Marc Anthony, Iván Lins, Laura Pausini y Calle 13, aparte de otros espectáculos menores, ¡es una locura!

Hace tiempo vengo comentando cómo la brecha económica entre los más ricos y los más pobres ha ido ensanchándose a pesar de que hoy el país tiene una clase media más grande y acomodada que nunca antes. Parece una paradoja que el país crece y al mismo tiempo crece la pobreza.

Y en un país así, afectado fuertemente por la crisis económica internacional, que ha incluido una recesión enorme en los Estados Unidos y Europa, hemos seguido tirando p’alante como si, para decirlo en criollo, nada es nada.

“¡Eso no es nada, camarada!”, reza el estribillo de un viejo son y así parece que piensa o siente el grupo de privilegiados dominicanos que este fin de semana llenó los cuatro espectáculos musicales de Marc Anthony, Laura Pausini, Iván Lins y Calle 13. Pero igual ocurrió hace pocos días con otros artistas caros y famosos. E igual hace un poco más…

Porque lo chocante no es ver sólo lo de este fin de semana sino que llevamos meses con una procesión de artistas visitándonos y quizás estén pensando que los dominicanos debemos ser muy ricos y gozones o sino los pobres más estúpidos y comparones del mundo.

Para los próximos días vienen más, entre ellos Kenny G, y quizás en vez de uno asombrarse ante tanto despliegue de gozadera costosa debería re-evaluarse la creencia de que “la cosa está mala”. ¡Quizás la “cosa” está buena, pero no nos hemos enterado o no nos ha tocado!

Sé que algunos promotores de estos conciertos son gente muy seria pero hay otros que parecen un misterio. ¿Tendrá razón de ellos la DGII? ¿Operarán formalmente con cuentas de bancos o se trata de negocios “al cascarazo” o en efectivo?

Aparte del asombro espectacular, el tema se presta para serios estudios sociológicos. Ojalá no me extrañe sólo a mí: ¡tanto gozar entre tanta miseria!

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