Sabían que en la misma semana de la muerte de Esmeralda Richiez secuestraron, drogaron, violaron y abandonaron a una adolescente de 17 años y que una niña de 9 años está en cuidados intensivos desgarrada y grave por una violación realizada supuestamente por la familia del violador de su hermana de 14 años en venganza por la prisión que guarda? El caso de Esmeralda Richiez no es el único, aunque inexplicablemente los demás no causaron la misma alarma social y viralización, pero por terrible que parezca es un ejemplo que nos debería enseñar varias lecciones y nos muestra algunos de las realidades sociales, que dejan a nuestras niñas y niños vulnerables y que se puede ver en las terribles cifras en embarazo adolescentes, sexualidad temprana y agresiones y violaciones sexuales, incesto y acoso y su trivialización y normalización que se registran en República Dominicana y eso que la mayoría nunca llegan a denunciarse y que incluso se llegue aceptar en muchos casos como algo normal” .
En primer lugar y lo más comentado en las redes sociales, los comentarios sobre la imagen “adulta y/o sexi” de la víctima que en principio se utilizó y aún se utiliza como herramienta de crítica y justificación y que termina en la re victimización esto es fruto de la hipersexualizacion infantil, niños y adolescentes cuyas imágenes están muy por encima de su edad, la ropa de niños que ya no es de niños si no de adultos en un size más pequeño, niños pequeños bailando de forma provocativa y celebrado por los adultos, canciones con contenido violento y explícito que incitan a la sexualidad temprana, muñequitos, series, películas, cantantes, actrices y actores, publicidad, en resumen medios de comunicaciones tradicionales o no, sexualizan, cosifican a infantes y adolescentes y exaltan la sexualidad libre como medio de obtención de un mayor valor social y que conllevaría además a una preocupación constante por la imagen corporal. Si quiere un ejemplo de cercano de uso inadecuado o piense que estamos exagerando sólo busque la campaña publicitaria de Balenciaga que vistió niños con artilugios sadomasoquistas, alcohol en una cama de un hotel.
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Generalmente, este fenómeno afecta más a las féminas que a los chicos y es más frecuente durante la adolescencia, aunque cada vez es más común verlo aparecer en la primera infancia, por ejemplo con niñas que visten con ropa de mayor y exhiben conductas sensuales o provocativas y eso es en el mejor de los casos, hay estudios que indican que la edad promedio en la que un niño está expuesto a pornografia es tan temprano como los 8 años.
Este continuo influjo de información por parte de los medios sobre niños con apariencia de adolescentes y adolescentes que parecen adultos, puede hacer que el desarrollo natural de nuestros hijos se vea afectado de tal forma que se salten etapas naturales de desarrollo y empiecen a llevar a cabo actividades que no pertenecen a su edad,
Puede despertar en ellos el interés por conductas sexuales en etapas más prematuras, lo que suele derivar en una aproximaciones más violentas y distorsionada de la sexualidad, pues no tienen la maduración necesaria para gestionar este tipo de relaciones personales.
Entre los resultados a esta exposición tenemos:
1) al concentrarse en la apariencia física como principal fuente de aceptación, disminuyen las habilidades cognitivas de los niños y niñas y pierden oportunidades;
2) Adoptan un rol pasivo en las relaciones
3) Influyen negativamente en su percepción de su virginidad y relaciones sexuales (factores de riesgo en el embarazo pre- maturo, abortos, transmisión de enfermedades sexuales);
4) En el caso de las niñas influyen negativamente en sus relaciones con las demás chicas por competitividad con los chicos y por rechazo a las chicas que no entren en el ideal de belleza;
5) Influye en la visión que tienen sobre salir con los chicos, favorece el acoso sexual y la violencia sexual de los chicos hacia ellas
6 Hay un efecto pernicioso de la erotización de las niñas que se sitúan a sí mismas en una posición de inferioridad al reducir su valía a su capacidad de atracción sexual
7 socialmente cosifica a los niños y niñas y su valía se reduce precisamente por la actividad sexual que empujamos socialmente a que inicien.
8 La forma en que el resto de la población ve, percibe y juzga a los niños y adolescentes dándoles papel de adultos y normalizando comportamientos de ellos y hacia ellos que no deben de ser.
Luego tenemos la responsabilidad parental, muchos padres nos creemos que el resto muestra las mismas preocupaciones por sus hijos, pero lo cierto es que no es así, sólo hay que salir un día por la noche y veremos bares y restaurantes llenos de menores de edad participando de una vida adulta antes de tiempo, la mayor de las veces sin las herramientas para enfrentar esa vida y si vamos a un barrio veremos niños de primera infancia andando para arriba y para abajo cuidados por todos y por nadie, muchos padres entienden que con dar techo, escuela, comida y ropa ya cumplieron y no es así, pero quien les ha enseñado otra cosa? Están repitiendo un patrón de descuido, y por eso tenemos entre otras cosas que el 22% de las parturientas dominicanas son menores de edad y pretendemos luego que esas sean las que eduquen? Con que herramientas? Y no hablemos de cómo la pobreza y falta de conciencia hace que incluso los propios padres entreguen a sus hijas a personas que entienden les pueden apoyar económicamente usándolas de moneda de cambio para el crecimiento económico familiar.
Y por último tenemos la falta de educación sexual por parte de padres que no siempre saben cómo hacerlo y el Estado que teniendo las herramientas no cumple con su rol y cuando hablamos de educación sexual, esta no sólo incluye conocer el cuerpo humano, lo ideal es que se espere a la madurez para tener relaciones sexuales pero por muchísimas razones no es así y esos niños, adolescentes e incluso adultos tienen muchísimos tabúes y creencias erróneas en esta materia, hay que enseñar cómo reconocer abusadores, hay que crear conciencia de hablar cuando suceda cualquier cosa y describirles con pelos y señales cuáles son esas cosas que deberían despertar sus alarmas, a reconocer problemas de salud en sus propios cuerpos, hay que enseñar a niños y adultos que no se puede confiar en nadie de hecho la mayoría de las violaciones sexuales en niños y adolescentes es cometida por familiares, amigos cercanos o figuras en posiciones de poder o de confianza como maestros, curas, pastores etc.
Por último nosotros como sociedad debemos de cambiar nuestros paradigmas la parte inicial de lo que le sucedió a Esmeralda y a las otras jovencitas cuyos nombres no se mencionan para protegerlas, sucede todos los días, aunque no con resultados tan desafortunados, la mayor de las veces justificamos al agresor y antes del informe uno leía los comentarios y la culpa es de la víctima por vestirse y publicar fotos sugerentes, la culpa era de los padres por dejarla salir de noche, según ellos estaba rejugada sexualmente, la culpa era de la amiga también menor por no quedarse a dormir, en resumen era de todo el mundo menos del abusador profesor que le puso varias pastillas en la bebida, aún no se sabe de qué, la agredió en el carro y luego la llevó a hogar como que aquí no ha pasado nada, se detuvieron incluso en varios sitios y mucha gente vio a una adolescente ensangrentada con un adulto y no despertó ninguna alarma, ni siquiera en sus padres.
Mientras sigamos pensando que porque una menor sea activa sexualmente o se vista y actúe como adulta, estás o estos que también los hay, se ganan que les agredan, acosen o violen y que los pobres victimarios caen en ganchos como dicen por ahí y que las víctimas son la que abren las piernas, las cosas no cambiarán y seguiremos escandalizándonos de los casos que se hacen vírales, aunque sean muchos más los que suceden y nunca llegan a saberse por las veleidades de la opinión pública o porque la víctima para evitarse ser juzgada y tratada como estamos tratando a Esmeralda nunca denuncia.
Fuentes: Ursula Petrona Psicóloga Infantil artículo
Empoderamiento o empobrecimiento de la infancia desde la infancia desde las redes sociales por Mónica Díaz Bustamante y Carmen Llovet
Sexualización de la niñez en los medios. Debate Internacional Universidad de Chile