Cuántas veces piensa un hombre en el sexo al día

Cuántas veces piensa un hombre en el sexo al día

Hace unos años se extendió un bulo por internet, que aún perdura en algunas cadenas de correo y páginas de dudosa reputación, que aseguraba que los hombres piensan en sexo cada siete segundos –algunas versiones hablan de seis y otras de diez–. Esto implicaría que, descontando las horas de sueño, los hombres están pensando en sexo siete mil 200 veces al día.

No cabe duda de que es un invento pero, aún así, seguimos creyendo que los hombres, de forma irremediable, están todo el día dándole vueltas a lo mismo. Y hay científicos que han tratado de estudiar si es cierto.

De acuerdo al portal “elconfidencial”, en 2011 un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Ohio realizó un estudio, publicado en el Journal of Sex Research, que llegó a la conclusión de que los hombres piensan en cuestiones relacionadas con el sexo unas 19 veces al día, mientras que las mujeres lo hacen unas 10 veces.

Los participantes del estudio, 283 hombres y mujeres de entre 18 y 25 años, recibieron un pequeño contador con tres botones (“sexo”, “comida” y “sueño”) que debían pulsar cada vez que sintieran una de estos tres “instintos” básicos. El autor principal de la investigación, el profesor de psicología Terri Fisher, aseguró que “entre chicos y chicas no solo existe una diferencia en cuanto a la cantidad de pensamientos sexuales, sino también en lo relativo a otras necesidades físicas, como la comida o el sueño”. Algo que consideraba “muy significativo”.

Siempre pensamos en lo que no debemos pensar. Pero ¿realmente se trata de un estudio significativo? Aunque la investigación tuvo en su día un gran eco mediático (algo que no es de extrañar dada la temática) es un buen ejemplo de lo que se conoce en psicología como “el problema del oso blanco”. En 1987 el psicólogo social Daniel Wergner pidió a los participantes en un estudio que suprimieran cualquier pensamiento sobre un oso polar: el resultado fue que, sin quererlo, acabaron obsesionándose con el oso imaginario, que no salía de sus cabezas.

El propio Fisher reconocía en su artículo las limitaciones de su método. “No somos capaces de estudiar cuánto duraron esos pensamientos ni la naturaleza de los mismos. Tampoco sabemos si los participantes siguieron las instrucciones y realmente pulsaron el contador cada que tuvieron un pequeño pensamiento que tenían que anotar”.

Otra investigación, otro resultado. Los investigadores de Ohio no son los únicos que han estudiado esta cuestión, y los resultados de otras investigaciones, realizadas con otros métodos, arrojan resultados muy distintos. En 2012 el psicólogo social Wilhelm Hoffman y sus colegas de la Booth School of Business, trataron de averiguar cuántas veces piensan los hombres sobre sexo mediante una aplicación para móviles, que preguntaba a los participantes en momentos aleatorios del día cuáles eran sus más recientes pensamientos.

Los resultados de su investigación, publicada en la revista Psychological Science, fueron muy distintos a los de sus compañeros estadounidenses. Sólo se registraron pensamientos sexuales, en la media hora anterior a que saltara la alarma (una vez al día), en el 4% de las ocasiones. Esto era mucho menos de lo que pensaban en comida, dormir, lavarse, salir con los amigos, el tiempo libre y, hasta las cinco de la tarde, tomarse un café. Ver la televisión, leer los correos y otros usos de las nuevas teconologías también tenían más presencia que el sexo. De hecho, el sexo sólo se covertía en un pensamiento predominante al final del día, cerca de la media noche, pero incluso en esos momentos había más participantes que estaban pensando en dormir. Unos resultados igualitos a los obtenidos por Fisher.

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