Cuánto sacrificio en nombre de la Patria amada

Cuánto sacrificio en nombre de la Patria amada

Cuando pienso en su sacrificio las lágrimas amenazan con salir. Me enternece, a más no poder, su entrega y esa infinita disposición de darlo todo por los demás. ¿Lo mejor? A cambio de su devoción, vestida de honestidad y mil planes a desarrollar por el bien del país, apenas piden un voto y una sonrisa.

Sus rostros ya comienzan a inundar la ciudad.

Poco a poco, sus vallas van alzándose hacia el cielo y, cuando nos vemos atrapados en uno de los tapones que nos agitan, sus nombres nos alcanzan y sus miradas parecen hablarnos.

Todavía faltan ocho meses para las elecciones pero ya, como si se tratara de una guerra que se librará mañana, vemos cómo sus seguidores copan cuanto programa abre las líneas telefónicas.

Uno les escucha, tranquilo, y se pregunta: ¿cuánto están gastando los políticos en su afán de llegar a ser candidatos?

Si esto sucede en la precampaña, ¿qué pasará cuando la campaña arranque de verdad? Correrá el dinero, a raudales, y se desperdiciará en el clientelismo que siempre nos ahoga y nos aturde.

Definitivamente urge que se conozca y apruebe la Ley de Partidos. Es necesario que se controlen las campañas y se evite que se dilapiden todos esos recursos. También es necesario que, como siempre sucede, se busquen mecanismos para evitar que los funcionarios utilicen los recursos del Estado para financiar y promover sus candidaturas.

Otro punto es lograr que quienes no han cumplido con su deber no puedan optar por un cargo.

Debe haber una fórmula para castigar  a los congresistas que no trabajan. Nosotros les elegimos para que sean nuestra voz.

No para que cobren alegremente.

Publicaciones Relacionadas