El Gobierno aspira a un presupuesto de RD$469,445 millones para 2013 mientras que  el Consejo Económico y Social (CES) aconseja reducirlo a RD$410,000 millones. La medicina del recorte es pieza común en los recetarios de varios sectores, pero el Gobierno se resiste a acceder. Las recomendaciones parecen  basadas en el hecho de que en la ejecución del presupuesto actual hubo un desbordamiento del gasto público que rondaría los RD$22,000 millones y que es parte agravante del déficit fiscal.

 Pero la prudencia aconseja moderación, no sólo con el monto del gasto público, sino también con la austeridad. Un gasto excesivo provoca déficit con todas sus consecuencias, y una restricción más severa de lo prudente ralentizaría la economía y podría, en asociación con factores externos, desencadenar un proceso recesivo. Con los recortes de gasto hechos hasta ahora, la economía ya sufre cierta parálisis.

La administración actual ha exhibido una vocación austera e inclinada por mejorar la calidad del gasto. Apuesta a sanear la economía y fomentar la creación de empleo. Una restricción muy severa del gasto está contraindicada en este caso. El Gobierno necesita cierta capacidad de maniobra. Durante la crisis europea, el FMI ha advertido sobre los riesgos de una austeridad muy severa o muy prolongada. Aquí hay que actuar con precisión de relojero suizo.

Exceso de presos preventivos

En  2006, a raíz de comenzar la aplicación del Código Procesal Penal, el país tenía  12,706 reclusos preventivos. Para 2011 esta  cifra casi se duplicó al alcanzar unos 23,000. La  directora de la Oficina Nacional de Defensa Pública, Laura Hernández Román, entiende que esa situación amenaza con hacer colapsar el sistema penitenciario, pues muchos centros están superpoblados y esto provoca hacinamiento.

Se trata de una situación a la que hay que buscarle remedio. Una de las causas es que el número actual de tribunales es insuficiente y faltan muchos por crear. La otra causa es que parece haber predilección por aplicar como medida de coerción la privación de la libertad, como prevención de posible fuga de imputados. Nuestra proporción de presos preventivos es escandalosamente alta en comparación con el resto de la región. Hay que trabajar para evitar un colapso del sistema penitenciario.