Cuarta ola

Cuarta ola

Elvira Lora

Hace unos días, en diálogo pleno en la Escuela Feminista Celia Amorós, la socióloga y escritora española Rosa Cobo Bedía, afirmaba que transitamos la cuarta ola del feminismo a nivel mundial… En su valle, lo visualizamos al contemplar la cresta, el impulso de esta trascendental etapa es el ciberactivismo que une a las mujeres en miradas que van de adentro hacia afuera, en procura de alcanzar las correspondientes autonomías teórica y práctica.

Esta cuarta ola vuelve a llenar de fortalezas al feminismo, pues es de los pocos movimientos sociales que se ampara y defiende una genealogía, ya que “las olas que antecedieron es una impronta intelectual en la cual se esquematizan las luchas y vindicaciones alcanzadas a lo largo de etapas cruciales”. Aquí, pues, radica la necesidad -el gran poder- de reconocer y alimentar en este presente la narrativa de los relatos en los que se edificaron las agencias de nuestras pioneras.

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La metáfora poderosa de las olas llena a plenitud la imagen de lo que trae, para afianzar, para defender, para avanzar. Así, en esta cuarta ola que vivimos, nuestras miradas -“muy radicales- deben provocar cambios en el estado de opresión de las mujeres ante imperativos patriarcalistas vigentes, como la violencia sexual, la explotación económica, la brecha laboral… La creciente constitución de servidoras laborales… ¿mujeres máquinas? Las representaciones reales en los espacios públicos, en especial, los medios de comunicación. Así como el trabajo de cuidados y la energía emocional que aportamos a los sistemas económicos.

Una cuarta ola, que vivimos, con múltiples desafíos de erradicar: desenmarañar -y colocar a la luz- la alianza entre patriarcado y el capitalismo neoliberal; construir cultura, prácticas y alianzas entre las mujeres. Al respecto, dice la maestra Rosa: “Se deben expulsar las ideas de pureza feminista, es muy autodestructuvo, y construir una cultura de pactos políticos genuinos entre nosotras”. Y vigilar, trabajar por la autonomía del movimiento, no asumir agendas que no tengan en el centro el sujeto génesis: la mujer, desde la cotidianidad, los espacios académicos, las políticas públicas de igualdad. “¡Defender la autonomía del feminismo es defender nuestras agencias!”, precisa Cobo Bedía.

En definitiva, esta cuarta ola -como sus antecesoras- han vindicado derechos y desarticulado privilegios. Tras una ola suceden las reacciones patriarcales.

El volumen, o nivel, de las reacciones, mide la capacidad transformadora articulada. ¡Vamos, cuarta ola!

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