Cuartel Policía Palavé, cerca
de la ciudad lejos de técnicas

Cuartel Policía Palavé, cerca<br/>de la ciudad lejos de técnicas

Por YNDIRA CONCEPICÓN
El destacamento de la Policía situado en el batey Palavé, a 17 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo, se encuentra a considerable distancia de las innovaciones tecnológicas que implementa la institución del orden en algunos otros lugares del país.

En el destartalado cuartel brilla por su ausencia todo lo que debería de tener un destacamento policial como son una cárcel, teléfono, computadora, vehículos, una estructura que soporte los embates del clima y suficiente personal para salvaguardar a los ciudadanos.

Sólo hay una radio para comunicarse con el destacamento de Cabayona a pedir refuerzos a la hora de enfrentar la criminalidad o una emergencia. Tiene cuatro sillas, un banco para los presos y la buena voluntad de los agentes de puesto.

En este puesto policial, las personas detenidas son “amarradas” con una esposa atada a una argolla de metal colocada en uno de los palos que soportan el techo, sentados en un banco especial para ellos. Si es más de uno los sacan al frente y los vigilan los agentes que estén de servicio.

En el momento de la visita de reporteros de Hoy, se encontraba un joven detenido “colgado” por las manos con la esposa, en espera de que su caso se resolviera.

Al baño del destacamento sólo le quedan unas tablas, que impiden que los vecinos observen a los agentes mientras acuden al lugar. Y, es que al cuartel sólo lo separa unos escasos alambres de púas de las casas de los residentes, en la parte de atrás, mientras por delante está techo con techo con otra casa.

Los agentes de guardia se negaron a dar detalles sobre las necesidades del lugar pero esta reportera investigó que en el lugar sólo hay seis agentes y un comandante, sólo uno de ellos amanece de guardia, situación que dificulta enfrentar una emergencia como el caso del niño de 18 meses asesinado de 30 puñaladas y fue encontrado a escasos metros del destacamento.

Los ciudadanos de Palavé se sienten inseguros, como narró Juanita Marte, residente por más de 40 años, quien se quejó del aumento de los hechos delictivos en la zona, la inseguridad, y la falta de  agentes  para enfrentarlos.

“Aquí uno no puede salir de su casa porque cuando viene a ver lo asaltan o te matan. Uno no está seguro con tanta delincuencia”, dijo.

Mientras otra vecina dijo que al igual que la criminalidad ha aumentado, asimismo ha pasado con los puntos de drogas: “aquí uno no puede estar, donde quiera venden la droga como harina, arroz o azúcar. Uno no puede vivir así, le pedimos al jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas que venga o que mande gente porque no está fácil”, afirmó la señora.

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