POR GERMAN MARTE
Cuatro grandes cañadas e igual número de ramales, más los desechos químicos vertidos por las industrias, son los principales responsables de la gran contaminación del río Yaque del Norte.
De hecho, el crecimiento desordenado de la ciudad -fruto de la falta de un programa de ordenamiento territorial- hace que cada vez fluyan más aguas negras hacia las cañadas, las que a su vez desembocan en el río, contaminándolo, afirmó ayer Hendrik Kelner, presidente del Consejo Para el Desarrollo Estratégico de la ciudad.
Asimismo, Reynaldo Peguero, director de la Unidad de Gestión de Proyectos de la misma entidad, acotó que por este motivo la Ciudad Corazón tiene que moverse hacia una gestión integral de cuenca que tenga al río Yaque como el centro de su atención.
Al participar en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio, Kernel y Peguero destacaron que en otras ciudades del mundo hay ríos que son bien gestionados y dejan recursos.
Todos los santiagueros saben que el río Yaque es un símbolo, una imagen y espacio de crecimiento, subrayó Peguero.
Orientados en ese sentido, agregó, el Consejo Para el Desarrollo Estratégico de Santiago trabaja con empresarios en un plan denominado Procesos Productivos Limpios, el cual persigue que las empresas (incluida la tenería) que vierten químicos en el río, adapten su producción de modo que no contaminen tanto.
En segundo lugar, Peguero dijo que van a trabajar con las cañadas que llevan agua contaminada al río. Y destacó que la mayoría de las cañadas de Santiago está poblada por personas que por no haber una oferta de viviendas a bajo costo- se ven empujadas a irse a estos lugares.
En este sentido, informó que el Consejo trabaja con la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santiago (Coraasan) para tratar de desarrollar un proyecto de gestión de cañadas.
El tercer elemento, es el relativo a la participación de la gente, empresarios y ciudadanos del entorno del río, que asuman ese espacio como algo a rescatar y a proteger.
Entretanto, Mauricio Estrella, director del Plan de Ordenamiento Territorial del Consejo indicó que la línea normativa del Plan de Ordenamiento Territorial contempla una unidad ambiental, que es la unidad de conservación absoluta en la cual se ubican el Centro Histórico y las cañadas.
Explicó que entre uno y otro sector de la denominada Ciudad Corazón hay grandes diferencias por los arroyos, Santiago es una ciudad llena de cañadas y eso le da una movilidad urbana diferente. Y no obstante, los santiagueros han vivido siempre de espaldas a la cañada, por lo que uno de los retos que tiene el plan de ordenamiento es revertir esa tendencia, debemos aprender a vivir de frente a la cañada y no de espaldas.
APOYO DE JAPON
Una adecuada canalización de las aguas negras que emanan de los barrios que ocupan las cañadas, así como de urbanizaciones que vierten sus desechos en las mismas, es vital para controlar la contaminación del río, y por eso el Consejo Para el Desarrollo Estratégico tiene un proyecto de saneamiento ambiental, pues considera que no basta con sanear y limpiar el río, sino que es necesario influir en sus fluentes de contaminación.
Con el apoyo del gobierno japonés se está diseñando una red de canalización de las aguas negras, que las lleve a la planta de tratamiento y con ello reducir el impacto en el río.
El río es el principal reto de gestión ambiental que tiene Santiago, no sólo en términos económicos, sino también en término de la cantidad de instituciones que deberían tener responsabilidad con ello, porque involucra desde el ayuntamiento a la Secretaría de Medio Ambiente, subrayó Rosa Arlene María, directora ejecutiva del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago.
Adujo que en términos territoriales el plan elaborado por el Consejo es muy extenso, pero además, hay que involucrar a las personas en el proceso, partiendo del criterio de que aunque se canalicen las aguas negras, si la gente no aprende a convivir con las cañadas, el problema va a seguir.
Como ya está la colaboración de Japón para el saneamiento de las cañadas, el Consejo procura el apoyo económico de la Unión Europea, para generar capacidad de gestión de esos espacios que son las cañadas por parte de los grupos organizados que están en el entorno.
Tras ponderar el apoyo económico que ofrece Japón para el saneamiento de las cañadas, Arlene María dijo, sin embargo, que se necesita más inversión porque hay otras cañadas que no están incluidas en este proyecto.