Nicolás de Ovando, Rafael Leonidas Trujillo, Joaquín Balaguer y Leonel Fernández conforman la lista de los cuatro grandes constructores que ha tenido la ciudad de Santo Domingo y que ha sido diseñada en términos de urbanismo a partir de los criterios particulares de cada uno de ellos.
Así consideran los arquitectos Erwin Cott, Cristóbal Valdez y Rafael Tomás Hernández, quienes reconocieron la voluntad de estos gobernantes para la construcción de grandes obras que han transformado la cara de la ciudad.
Valdez y Cott recordaron como Ovando inició la construcción de la ciudad amurallada bajo criterios colonialistas y de guerras.
Dijeron que así se evidencia en las edificaciones de la zona colonial que cuenta con una frontera para la defensa de posibles invasiones.
Con el dictador Trujillo, Valdez reconoce que organizó un poco la ciudad, con un urbanismo estrella porque no crecía demográficamente, sino que el tomaba elementos puntuales de la ciudad y los sacaba a relucir. Relata que luego vino Balaguer quien expande la ciudad y crea las grandes avenidas y los parques y áreas verdes.
Prosigue que llega Fernández y su plan de Nueva York chiquito que experimentó desde la pobreza del barrio Washington High y cuando llega al poder al país trata de replicar porque eso es lo que entiende como una ciudad moderna. Pero él nunca se paró en ninguno de los pasos a desnivel de Nueva York a ver que era lo que pasaba abajo: la arrabalización, la pobreza, etcétera, expresó Valdez.
Tres millones
Hernández recordó que Balaguer inició sus proyectos de rescate del entorno del río Ozama donde se construirían casas y una avenida marginal en el 1961, lo que costaría tres millones de pesos. Luego la inestabilidad social y política que sacudió al país a partir del 62, hizo que se fuera a pique el plan. Apuntó que en el 1966 en su retorno al poder, Balaguer quiso retomar el proyecto, pero la ocupación de los terrenos hacían difícil aplicarlo.