LA HABANA  (AFP) – Frente a la misión diplomática de Washington en La Habana, el presidente George W. Bush aparece como un vampiro en una valla gigante que ilustra la acusación de Cuba de que Estados Unidos apoya el terrorismo.

Cuba, que por años ha figurado en la lista confeccionada por Estados Unidos de países que patrocinan el terrorismo, devolvió la acusación, acusando a su vez a Washington de proteger terroristas responsables de muchas muertes. El gobierno comunista lleva a cabo una intensa campaña para exigir la extradición de Luis Posada Carriles, acusado en Cuba y Venezuela como autor intelectual del atentado con bomba contra un avión cubano que dejó 73 muertos en octubre de 1976. El rostro de Posada Carriles aparece al lado de Bush en la valla que asemeja una cartelera de cine y que anuncia la película: “El asesino. próximamente en las cortes estadounidenses”.

Ex colaborador de la CIA, el anticastrista fue acusado la semana pasada de delitos de migración en Estados Unidos, ofendiendo a las familias de las víctimas del atentado de 1976.

“Es indignante que a Posada Carriles no se le juzgue como un asesino, como un terrorista, que no se hace justicia con los muertos de aquella acción criminal”, dijo Margarita Morales, hija del entrenador del equipo de esgrima cuyos jóvenes integrantes murieron cuando el avión explotó en pleno vuelo frente a las costas de Barbados.

“No se puede hablar de lucha contra el terrorismo cuando el gobierno de Estados Unidos apoya al terrorismo contra Cuba”, dijo Morales, de 44 años, en entrevista con la AFP.

La Habana sostiene que el proceso de Posada Carriles es “una cortina de humo” para dejar en la impunidad sus crímenes. Estados Unidos rechazó extraditarlo a Venezuela o Cuba, argumentando que podría ser torturado y que, además, ningún tercer país aceptó recibirlo.

Cuba compara al anticastrista cubano -nacionalizado venezolano- con Osama Bin Laden, líder de la red terrorista Al Qaida, que se responabilizó de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

“Si alguien tuviera ahora a Bin Laden y en lugar de enviarlo para que compareciera por sus actos de terrorismo estuviese por decidir sobre su visado ¿no sería escandaloso eso?”, cuestionó el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, en una reciente entrevista con la AFP.

Posada Carriles es el más conocido de varios anticastristas que residen en Estados Unidos, a quienes Cuba acusa de actos de terrorismo como los atentados con bomba en centros turísticos en La Habana en 1997.

Fue encarcelado en Venezuela, pero logró escapar, arrestado luego en Panamá por intentar asesinar a Fidel Castro en 2000, indultado cuatro años después, e ingresó ilegalmente a Estados Unidos en marzo de 2005.

Mientras Posada Carriles se convirtió en una “papa caliente” para Washington, algunos anticastristas exiliados en Miami lo consideran un héroe y han hecho manifestaciones de apoyo.

“Es muy triste saber que hay personas que están apoyando a un terrorista”, expresó Morales.

“Yo me imagino que cualquier familiar que perdió a alguien en las Torres Gemelas se sentiría igual si supiera que en cualquier lugar del mundo se está haciendo una manifestación para apoyar a los terroristas”, añadió Morales.

“Es el mismo sentido de indignación. Treinta años no han borrado el dolor”, dijo con la voz entrecortada.

El ahora convaleciente Fidel Castro condenó en su momento los ataques del 11 de septiembre, pero también dijo que fueron una reacción a lo que llamó los “métodos terroristas” de Estados Unidos.

Washington ha acusado a La Habana de respaldar activamente a grupos insurgentes de la región que considera terroristas, aunque Castro dijo en 1992 que el respaldo a movimientos guerrilleros era cosa del pasado.

En el Informe sobre el Terrorismo de 2006, el Departamento de Estado dijo que Cuba refugió a numerosos fugitivos de Estados Unidos, incluso a asesinos y secuestradores.

Pero Morales no cree en la “guerra contra el terror” de Bush: “¿contra qué terrorismo lucha? Nosotros también somos víctimas del terrorismo”, afirmó.