Cuba celebra 48 años revolución

<p>Cuba celebra 48 años revolución</p>

LA HABANA (AFP).- Cuba festeja ayer el 48 aniversario de la revolución, con el líder Fidel Castro en lenta convalecencia de una grave cirugía que, según dijo en un saludo escrito de Año Nuevo, no es una “batalla perdida”, aunque persisten las dudas sobre su salud.

Fiestas populares se realizan en cada barrio de la isla y en la Plaza de la Revolución, mientras que la prensa cubana reproduce este lunes el mensaje de Castro difundido el sábado, el primero dirigido a los cubanos en dos meses.

La conmemoración de este aniversario de la revolución está marcada por la ausencia del presidente, quien el 31 de julio emitió una proclama en la que cedió el poder a su hermano Raúl mientras se recupera de la operación quirúrgica.

“Hoy, al calor de la proclama (…), nuestro pueblo consciente y confiado en sí mismo multiplicó su espíritu y compromiso revolucionario, y bajo la dirección del Partido y del compañero Raúl se ha esforzado por cumplir la orden de combate del Comandante en Jefe”, subrayó el mensaje que cada año lee un locutor a la medianoche.

   En el saludo de Castro “nos dice que se recupera con la disciplina que lo caracteriza, nos reafirma el optimismo ante el futuro, nos reitera la confianza en los hombres y mujeres forjados en la lucha, nos llama a combatir y vencer”, añadió.

   Los medios oficiales difundieron el sábado el mensaje en el que Castro afirma que siempre advirtió que su recuperación “sería un proceso prolongado”, pero que “está lejos de ser una batalla perdida”, y dice estar al tanto de los asuntos de primer orden.

   El mensaje escrito de Castro apaciguó un poco la ansiedad de los cubanos por tener noticias oficiales del gobernante, pero aún esperan verlo al menos en imágenes, como una señal más directa que les permita descifrar si retornará al poder en este 2007.

   “El mensaje está bien, lo esperábamos; pero es necesario que él se muestre, que se vea por lo menos en la televisión, si no sale es porque está mal”, comentó un hombre de 50 años en una calle del barrio de Miramar.

   Los cubanos no fueron informados por la vía oficial del viaje a La Habana del médico español José Luis García Sabrido, quien tras examinar a Castro hace una semana desmintió que padezca cáncer u otra enfermedad maligna.

   Castro no aparece en público desde el 26 de julio, un día antes de ser operado de urgencia tras sufrir un sangrado intestinal, y desde entonces sólo recibió visitantes en privado en el sitio secreto donde convalece y ha enviado mensajes y aparecido en cinco videos, el último el 28 de octubre.

   Las autoridades cubanas sostienen que Fidel Castro se recupera para seguir gobernando, y que en la isla no hay “transición” ni “sucesión”, sino continuidad del sistema comunista.

   En estos cinco meses, Raúl Castro, ministro de Defensa de 75 años, ha gobernado con un estilo propio, rodeado de las Fuerzas Armadas, dando protagonismo al Partido Comunista y delegando tareas en los seis hombres que Fidel nombró para el equipo de mando interino.

   “Nada ha podido detener el camino que hemos emprendido. Deseo reconocer la serenidad y madurez con que ha actuado nuestro pueblo”, dijo Fidel en su saludo de Año Nuevo.

   Destacó también que en 2006 Cuba prosiguió su “tenaz resistencia frente al bloqueo (embargo económico impuesto por Washington hace 45 años) y las agresiones del imperio”.

   Pero Estados Unidos estima que 2007 será el año de la ausencia definitiva de Castro. Su jefe de la inteligencia John Negroponte sostiene que le quedan “meses” de vida.

   Para dirigentes de la oposición interna, a quienes el gobierno cubano tilda de “mercenarios” al servicio de Estados Unidos, la prolongada convalecencia de Castro ratifica una imposibilidad de retorno al poder; para muchos cubanos una forma de habituarse a la ausencia de Fidel.

   “Ya nos estamos acostumbrando. Yo sólo espero que se arreglen los problemas de transporte y comida, porque la cosa ha estado dura”, dijo un ama de casa de 42 años, tras tirar agua en la puerta de su casa, una tradición cubana para sacar lo malo del año que termina y recibir en limpieza el que comienza.

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