LA HABANA (AFP).- La revista católica Palabra Nueva instó al gobierno de Fidel Castro a que aproveche el rechazo generalizado a las nuevas medidas de Washington contra la isla para abrirse a todos los cubanos, incluso a quienes disienten políticamente.
«)Por qué no levantar de una vez el proyecto ‘con todos y para el bien de todos’ los cubanos, incluyendo a todos los que piensan de forma diversa y tienen criterios políticos diferentes dentro de Cuba y desean participar?, se interrogó la publicación de la Arquidiócesis de La Habana, que encabeza el cardenal Jaime Ortega.
«Cuba gana con la unidad y la participación de todos los que se comprometen con ella aún desde posiciones distintas», enfatizó en su más reciente edición la columna de opinión que firma Orlando Márquez, director de la publicación mensual.
Desde que el pasado 6 de mayo, el mandatario estadounidense George W. Bush presentó un plan de nuevas medidas para «acelerar una transición hacia la democracia» en la isla, se sucedieron posturas coincidentes de rechazo a Washington en sectores afines a Castro, de la disidencia interna, parte de la comunidad emigrada y la Iglesia Católica.
El programa de Bush, que entrará en vigor el próximo miércoles, prevé medidas que limitan los viajes y remesas monetarias de cubano-estadounidenses a la isla, fortalecen el apoyo financiero a la disidencia y aumentan la potencia de las emisoras anticastristas dirigidas contra Cuba.
Palabra Nueva recomendó a La Habana que preste «particular atención» a ese rechazo manifestado incluso por «declarados enemigos políticos del Gobierno cubano», ante las propuestas de que el futuro de la isla sea concebido por un gobierno extranjero.
«)Se seguirá llamando mercenarios -y excluyendo- a esos opositores o disidentes que públicamente han defendido la nación soberana e independiente…?», inquirió.
Estamos ante la la encrucijada de «sumar cubanos» o «restar y excluir» manteniendo la nación de «los unos frente a los otros», valoró la publicación.
La revista también consideró que las decisiones internas de La Habana no deben depender, como argumenta el Gobierno, de un mejoramiento de las relaciones con la Casa Blanca, pues ese hecho es «algo tan deseable como impredecible».
El Comité Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba rechazó hace un mes las sanciones económicas de la Casa Blanca y consideró «inaceptable que el futuro de Cuba sea diseñado a base de exclusiones y menos aún de intervenciones concebidas por un gobierno extranjero».
En esa ocasión, los prelados mostraron su preocupación tanto por las consecuencias sociales de las medidas de Washington, como por el alza de precios de los productos vendidos en dólares, decretada por el Gobierno cubano, en respuesta inmediata.